México, DF. Los tatuajes, el uso de piercings, el intercambio de jeringas entre adictos a drogas y la transmisión materno-fetal, son algunos de los factores que están agravando el contagio de hepatitis en el mundo, alertó José de Jesús Serrano Luna, científico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), en el marco del Día Mundial de la Hepatitis.
Reveló que actualmente existen 300 millones de personas infectadas con el virus de la hepatitis tipo B y 150 millones con el virus tipo C, y un millón de estos individuos mueren a consecuencia de los padecimientos que genera la enfermedad, entre ellos el cáncer hepatocelular.
En cuanto a la ubicación de los casos, señaló que los de hepatitis B y C se localizan principalmente en África, por debajo del desierto de Sahara; en Asia, principalmente en China, Rusia, Mongolia y Malasia; Europa y al norte de Canadá, Alaska, Perú y parte de Brasil.
La incidencia mayor, por ejemplo en el caso de África y Asia, se debe a la transmisión materno-fetal; en el caso de Europa y Norteamérica, a transfusiones por sangre contaminada, tatuajes o piercings hechos con instrumentos no esterilizados, intercambio de jeringas entre drogadictos y el contagio vía sexual, al no usar protección.
Serrano Luna señaló que en el caso de México hay un incremento en los casos de hepatitis C, ya que antes de 1990 no se tenían controles de seguridad en las transfusiones de sangre, por lo que a casi tres décadas (tiempo en que se desarrolla la enfermedad), las complicaciones graves como cirrosis o cáncer empiezan a hacerse notar.
El investigador del Departamento de Biología Celular señaló que en el caso de este tipo de hepatitis, lo preocupante es que, aunque un paciente puede acceder a retrovirales e inhibidores, no existe una vacuna o tratamiento eficaz para combatirla. Además de que 85% de los enfermos prosiguen a la etapa de hepatitis crónica y cirrosis, aunque sólo 5% de estos últimos desarrollan cáncer hepatocelular.
En el caso de la hepatitis B, sucede lo contrario, 85% de los adultos que contraen el virus se curan sin emplear medicamentos, gracias a su sistema inmunológico, mientras que el resto prosigue a la etapa de hepatitis crónica, la cual puede ser controlada con fármacos, por lo que es más riesgoso ser portador del virus C que del B.
El experto en biología celular destacó que la hepatitis es una inflamación del hígado aguda o crónica, y se da por diferentes agentes etiológicos, entre ellos los virus (A, B, C, D, etc), el alcohol y el uso de algunas drogas. Señaló que un producto del hígado, la bilis, puede hacer obstrucción de los conductos biliares, lo que produce la ictericia (color amarillo en la piel), uno de los síntomas en las personas con esta enfermedad.
Los síntomas de la hepatitis aguda como son cansancio, dolor hepático e ictericia se presentan pocos días después de la infección. Los síntomas y signos de las complicaciones de las hepatitis como son cirrosis hepática y cáncer hepatocelular son los que aparecen después de dos o tres décadas.
Aunque el investigador del Cinvestav acotó que hay pacientes que cursan la hepatitis asintomática, son los menos, por lo que aconsejó practicarse un examen de sangre para detectar el ADN o el ARN viral y diagnosticar el tipo de virus, si es que se tiene.
José de Jesús Serrano Luna destacó que en el área de la investigación, los científicos del mundo trabajan en estudiar las diferentes formas de prevención, tanto en la creación de vacunas, como de curación, con el desarrollo de nuevos fármacos, retrovirales o inhibidores de la inflamación del hígado, para que el paciente tenga una mejor calidad de vida.
“En el Cinvestav estudiamos los agentes carcinogénicos que producen cáncer. Es importante entender cómo va procediendo en todas sus etapas, desde la inflamación del hígado, la aparición de la cirrosis, qué células del hígado se van alterando y participando en este proceso de degeneración y porqué terminan en tumores en el hígado, con el fin de sentar las bases para la creación de futuros fármacos”.
Por último, señaló que las personas con hepatitis deben saber qué clase de virus tienen, cómo lo contrajeron, acudir al médico y seguir el tratamiento al pie de la letra, pues aunque el paciente se sienta bien y no presente síntomas, el virus puede cobrar factura más adelante.