La VII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Petrocaribe llegó al acuerdo ayer en Caracas dejar intacto el acuerdo de compraventa del crudo de Venezuela en condiciones ventajosas, a su vez de la próxima creación de una zona económica regional integral.
El encuentro juntó a gobernantes y otros representantes de 21 naciones: las 18 naciones de Petrocaribe, en estas van Guatemala y Honduras, que aceptaron incorporarse de manera plena al mecanismo, más Brasil y también Bolivia y Ecuador, miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA.
El presidente anfitrión, Nicolás Maduro, aseguró que su elección, el pasado 14 de abril, durante unos comicios impugnados por la oposición, dejan asegurado la continuidad del mecanismo solidario formado en 2005 para evitar el colapso de las economías de la zona por el incremento del precio del petróleo en los mercados internacionales.
Maduro mantuvo que un triunfo de sus opositores habría puesto fin a Petrocaribe, porque, dijo, "las ideas justas siempre" tienen "como contraparte ideas retrógradas, injustas, reaccionarias, inhumanas, inclusive", partidarias de la exclusiva venta del oro negro venezolano con las condiciones fijadas solo por el mercado.
"En Venezuela, lamentablemente, se ha incubado una derecha fascistoide, antibolivariana, antilatinoamericana, anticaribeña", que tiene un "desprecio absoluto" por los países vecinos, aseguró y dejo claro que ninguno de los representantes de las 21 naciones que estuvieron a la cumbre debe dudar de ello.
"Que no le quede dudas a ninguno de ustedes", porque esto, de acuerdo a Maduro, está "alentado por las élites de Estados Unidos" y da cabida a "las posiciones más retrógradas desde la época (del dictador chileno Augusto) Pinochet y en algunos casos más retrógradas" que las que fueron defendidas por este.