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actualizado 11 de nov. 2013
Escenas reales de “películas zombis” son vistas en Filipinas tras tifón que mató a 10 mil
Familias enteras con pérdidas y saqueos masivos vienen después de poderoso fenómeno natural
Cables
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» Los supervivientes experimentan en carne propia escenas de películas como la de Residen Evil, al venir el hambre y la desesperación.

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MANILA - Después de la furia del tifón que destruyó Filipinas la semana pasada, la emergencia viene ahora con los sobrevivientes, que no tienen ni agua ni alimentos, mientras saqueadores están destruyendo tiendas con lo que queda en locales en pie y están tras los convoyes humanitarios.

Después del paso del súper tifón Haiyan en Tacloban -ciudad capital de la isla de Leyte donde se calculan murieron 10 mil civiles- son vistas con frecuencia escenas de desesperación, incluso por el drama de los parientes que están desaparecidos.

Miles de víctimas sin techo y sin hogar habitan en Tacloban entre escenas de desesperación porque hasta el momento las autoridades de rescate no tienen la capacidad de informarles si sus familiares están vivos.

"La gente camina como zombies en busca de alimentos, Todo está perdido", afirmó la estudiante Jenny Chu, antes de que sobre Tacloban y el resto de la zona costera afectada haya caído la tercer noche sin electricidad y sin un techo para protegerse.

"La ciudad está completamente destruida, la gente está fuera de cabales y se vuelve violenta. Tengo miedo de que en una semana mate por el hambre", afirmó Andrew Pomeda, un profesor de secundaria.

En la ciudad la sensación de anarquía va en aumento, con bandas de malvivientes que roban también electrodomésticos, y comerciantes que llegan sin capacidad la amenaza de las armas para que entreguen sus mercaderías. En Tacloban, 580 kilómetros al sureste de Manila, con 220 mil habitantes, los sobrevivientes vagan por las calles sin un lugar donde acudir por ayuda o refugio, en tanto que miles de cadáveres estan insepultos y crece el riesgo de una epidemia.

Las zonas consideradas seguras como las iglesias y los grandes edificios, tampoco se han librado del tifón y la destrucción.

Marvin Isanan, un oficial del aeropuerto local, dijo al Daily Inquirer que había perdido tres hijos que había puesto a cubierto en el aeropuerto. Muchas personas rompen a llorar contando sus odiseas a los enviados de la televisión filipina.

"Dondequiera que miremos, vemos muertos en las calles", lamentaron varios sobrevivientes al periodismo, mientras se extiende el olor de la muerte de los cadáveres que cada día se están descomponiendo debajo de los escombros de la ciudad arrasada por el tifón.

Por eso, la búsqueda de alimentos o enseres entre los escombros puede dar lugar a descubrimientos macabros en las casas semidestruidas.

Un hombre le confesó a los medios de comunicación internacionales que había sido un "día de suerte" ya que su búsqueda entre los escombros le permitió cargar su mochila con espaguetis, latas de cerveza, jabón, galletas y dulces.
"El tifón nos arrancó la dignidad, yo era una buena persona, pero si usted no come por tres días, para sobrevivir hacemos cosas vergonzosas" contó Edward Gualberto, otro de los sobrevivientes que rastrea entre los escombros.

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