MANILA - El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, afirmó que las víctimas fatales del tifón Haiyan ascienden a unas 2.500, aunque aceptó que aún hay 29 comunidades aisladas, y estimó que "10 mil son demasiadas", por lo que señaló que la estimación brindada por la ONU fue un "drama emocional".

Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, manifestó que la devastación "es desconcertante" y anunció que se organiza un puente aéreo para bridar asistencia a casi 10 millones de personas.

"La cifra que tengo es unos 2.000 pero esto podría aumentar", advirtió Aquino en una entrevista a la cadena CNN. "Yo creo que 10.000 son demasiados", agregó sobre la estimación brindada el lunes por la ONU. "Hubo un drama emocional que intervino en esa estimación particular", argumentó el mandatario.

Aquino aceptó, sin embargo, que su gobierno no ha podido hasta el momento obtener datos de algunas de las zonas más afectadas, y que se desconoce la cifra de víctimas en 29 localidades, "especialmente de desaparecidos".

La responsable de las operaciones de la Organización de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA), Valerie Amos, afirmó el lunes que sólo en Tacoblan, epicentro del desastre, se reportan uno 10 mil muertos.

La OCHA lanzó ayer en Ginebra un pedido para recaudar fondos por 301 millones de dólares que estarán destinados a la asistencia de las personas golpeadas por el tifón Haiyan en Filipinas.

El dinero permitirá atender las necesidades más urgentes de 11,3 millones de afectados por el tifón, desde agua y alimentos a un techo seguro, medicamentos y prevención de enfermedades.

Mientras que ACNUR trabaja en la organización de un puente aéreo de emergencia en Filipinas para asistir a 9,8 millones de personas, en especial para la protección e higiene, como 1.400 equipos con bienes de primera necesidad.

Un Boeing 747 con 2.500 tiendas, reportó ACNUR en un comunicado, partirá desde Dubai, donde se encuentra el depósito central para las tareas de emergencia.

El avión aterrizará en el aeropuerto internacional de Mactan, en Cebu, y desde allí las ayudas serán llevadas en aeronaves a las zonas golpeadas por el tifón.

"El nivel de destrucción al cual estamos asistiendo es absolutamente desconcertante", sostuvo el alto comisario de Naciones Unidas para los refugiados, Antonio Guterres.

"La excepcional naturaleza de esta catástrofe requiere todo el empeño posible para poder llevar ayuda a las personas necesitadas y nosotros haremos nuestra parte en el interior de la respuesta común destinada a asistir a la población golpeada", manifestó.

Las necesidades son múltiples para miles de personas y persisten las dificultades para llegar a zonas devastadas con ayuda, debido al derrumbe de carreteras, postes de luz y árboles caídos y las inundaciones que cortan tramos de caminos. Una voluntaria de la ONG italiana Avsi, presente en Filipinas al momento del paso del tifón, relató el drama que viven muchos damnificados.

Muchas personas quedaron "aisladas por días, en busca de agua y pan", contó.

"Se necesitan medicinas", mientras "en las calles el olor es insoportable y el apagón de las comunicaciones complica la búsqueda de los desaparecidos", añadió.

En tanto, la llegada degradada del tifón al vecino Vietnam causó 14 muertos, 80 heridos y cuatro personas están desaparecidas, informó Protección Civil local.

En el sur de China el fenómeno natural provocó al menos cinco muertes.