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La ingesta prolongada de agua contaminada con este metal puede ocasionar la presencia de males cardiacos en personas jóvenes.
Relacionado con diversos tipos de cáncer, como de piel e hígado, el arsénico ha sido materia de estudio por científicos de todo el mundo. Uno de los últimos análisis realizado por expertos del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav) ahora lo vinculan con afectaciones cardiovasculares.
El estudio hecho por los expertos del Departamento de Toxicología del Cinvestav, encabezados por Luz María Del Razo Jiménez, se centró en analizar a población infantil que ha ingerido el arsénico a través del consumo de agua contaminada. En él se determinó que este metaloide inhibe las enzimas asociadas con la protección antioxidante.
Ese efecto colabora con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ya que al tener las propiedades oxidantes favorece la generación placa (grasa) en las arterias. Para comprobar esa relación, los expertos del Cinvestav buscaron biomarcadores (sustancias o indicios a enfermedades) afines a la presencia de males cardiovasculares.
A fin de corroborar la relación entre las enfermedades cardiovasculares con el consumo de arsénico, los expertos del Cinvestav también obtuvieron muestras de sangre entre el grupo de estudio para identificar la presencia de un aminoácido denominado dimetilarginina asimétrica (ADMA), que está asociado con problemas en las arterias.
“Lo que encontramos es que a mayor exposición de arsénico, mayor concentración en sangre de este aminoácido”, mencionó Del Razo Jiménez. Con esto, la intención de los investigadores es proponerlo como un biomarcador (sustancia a identificar) para estudios de sangre que determinen riesgo cardiovascular.
De esa manera, los resultados obtenidos sugiere que aquellas personas que han consumido agua contaminada por arsénico por tiempo prolongado y desde su niñez, e incluso la gestación, tienen mayor posibilidad de presentar problemas cardiovasculares a temprana edad (después de los 30 años).
Asimismo, a través de un ultrasonido los investigadores midieron el diámetro de la placa que se acumula en la arteria carotidea, “mientras mayor sea el diámetro se incrementan las posibilidades de padecer alguna cardiopatía”, señala la investigadora, quien es Investigadora Nacional nivel III y jefa del Departamento de Toxicología.
De acuerdo con los resultados de las investigaciones de este grupo de científicos, los efectos pro-oxidantes del arsénico en proteínas y lípidos se deben a que dentro del organismo este contaminante puede transformarse en metabolitos trivalentes, los cuales inhiben la síntesis de insulina estimulada por la presencia de glucosa, favoreciendo de igual manera a la aparición de diabetes”, refiere la investigadora.
Por más de 25 años, el grupo de investigación de Del Razo Jiménez analiza los efectos que tiene para la salud humana el consumo de agua contaminada con arsénico.
Además de los resultados orientados al estudio de enfermedades cardiovasculares, lo novedoso del estudio fue que el grupo de análisis seleccionado fue constituido con menores de edad.
Los expertos del Cinvestav decidieron analizar a la población infantil de una región rural en el estado de Hidalgo, ya que desde el periodo de gestación fueron expuestos a este metal pesado, a través del consumo materno.
Las zonas del país donde se han identificado la presencia de mayor cantidad de arsénico en mantos acuíferos son los estados de Hidalgo, Aguascalientes, Durango, Zacatecas, Guanajuato, Morelos, Coahuila, Chihuahua y Baja California Sur, a consecuencia de una falla geológica del centro del territorio nacional hacia el norte y a la perforación cada vez más profunda de pozos.