NUEVA YORK - Los ojos del mundo se mantienen puestos sobre Washington y en el techo de la deuda, a solo tres días del posible "default" de Estados Unidos, el primero en la historia del país.
La autosugestión es que si la economía estadounidense alcanza en sobrevivir al "shutdown", el cierre del gobierno federal que entró en su 14/o día, un "default" podría revelarse letal.
Y no solo para Estados Unidos, sino para todo el mundo. El temor es que se venga una suerte de efecto dominó, un nuevo Lehman Brothers y, sobre todo, otra recesión que hoy llegaría en un momento de debilidad de la recuperación global, cuando incluso los países emergentes se mantienen frenados.
Un shock que, según algunas estimaciones, podría "quemar" 4,2 puntos del Producto Interior Bruto (PIB) en un año, es decir mucho más que el crecimiento calculado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en +1,6% para 2013 y +2,6% para 2014. Los países que hasta ahora entraron en "default" han visto reducirse su acceso a los mercados internacionales y han tenido que pagar tasas de interés más elevadas en los dos años sucesivos.
El caso estadounidense vendría a ser sin duda más complejo, considerando que los Treasury son vitales para el funcionamiento del mercado financiero del planeta. Estados Unidos tiene 12 billones de dólares de deuda circulando, usada por los bancos para garantizar financiaciones a breve plazo: en caso de "default: este mercado se bloquearía y la eventual crisis estadounidense se extendería a toda la economía mundial.
Wall Street sigue presionando al Congreso para que llegue a un acuerdo que evite un "default" de consecuencias inimaginables, pero a la vez busca reparo, empezando a descargar títulos de Estado norteamericanos a breve vencimiento.