Ya es pública una posición de otro jerarca de la iglesia católica de Nicaragua sobre las motivaciones políticas que animan a los grupos que supuestamente se han rearmado en la zona del norte y montañas de Nicaragua. El obispo auxiliar y vicario general de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez Ortega , un fuerte crítico del uso de los símbolos religiosos por el gobierno del FSLN en los actos políticos dijo que hay grupos de rearmados y tienen razones políticas, negando la versión oficial del gobierno que son grupos de delincuencia, tal como afirma el Ejército y la Policía Nacional lo cual dijo el prelado Báez deben reconocerlo.
"Existe ese problema, es verdad que en esas bandas armadas se mezcla de todo, pero hay gente armada por motivos políticos, es algo que nuestros hermanos obispos del norte lo han podido comprobar, lo que al Ejército y la Policía les toca es aceptar esta verdad y afrontarla", dijo Báez, a un canal televisivo de la familia Valle Peters.
Báez dijo que "el único camino para poder solucionar estos problemas sin llegar a extremos de violencia, es ser transparentes, la honestidad con la realidad es el principio de todo cambio social, de todo auténtico camino de reconciliación, pero cuando la realidad se niega, no logramos solucionar los problemas", aseveró el religioso.
El obispo Báez dijo que la situación que enfrenta el gobierno con los rearmados podría tener raíces profundas. "La solución no sólo es el diálogo con estos grupos, es una recomposición del tejido social de Nicaragua", señaló.
Báez citó lo que dijo monseñor de origen alemán Bernardo Hombach, Báez dijo que "cuando se van cerrando los cauces democráticos, cuando se van cerrando los cauces legales, se van abriendo las compuertas de la violencia".
Báez dijo además que el obispo de la Diócesis de Estelí, Juan Abelardo Mata, quien denunció haber recibido amenazas de muerte por asegurar que existen rearmados, "ha intentado buscar un diálogo con estos grupos en armas para conducirlos a la paz, no hay que darle otra interpretación".
Un total de ocho hombres, siete de ellos civiles y un militar, han muerto en enfrentamientos entre el Ejército de Nicaragua y grupos armados en las montañas.