WASHINGTON - El tiempo castiga, pero un acuerdo no se tiene visto ni al alcance de la mano: el "shutdown" o cierre del gobierno se mantiene, en tanto se acerca sin detenerse el 17 de octubre, día en que Estados Unidos hará el alcance al techo de la deuda y entrará en "default", a menos que el Congreso logre encontrar un acuerdo.
Las repercusiones en el mercado al suspender los pagos por parte de Estados Unidos serían inmediatas. Por ello, el secretario del Tesoro, Jack Lew, no se dilató al advertir que el Congreso "está jugando con el fuego".
"Si no actúa -alertó- no tenemos opciones para evitar el default", el primero en la historia de Estados Unidos.
El 17 de octubre "nos quedaremos con 30.000 millones de dólares en las arcas, insuficiente para gestionar un gobierno: si el techo de la deuda no es aumentado, tendremos poquísimo tiempo a disposición", agregó Lew.
En caso de quiebra, el impacto tendrá un alcance global, pues "somos la economía más fuerte y más importante del mundo", remarcó.
El presidente estadounidense, Barack Obama, está listo a negociar, como lo hizo en 2011 y el año pasado, y lo volverá a hacer ahora pero "el Congreso debe hacer antes su parte y aprobar el presupuesto y el aumento del techo de la deuda", destacó. El Congreso es el único que puede hacerlo: el presidente no tiene esa autoridad.
Pero, pese al riesgo inminente, de momento no se avizora en el horizonte ningún acuerdo. El republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen la mayoría, estima que no hay votos suficientes para aprobar un aumento del techo de la deuda, a menos que no vaya acompañado de medidas para bajar los gastos.
Boehner dijo además no poder prever cuándo llegará a su fin el "shutdown". A su juicio, le toca a Obama sentarse en la mesa y abrir las negociaciones.
"Este es el camino que hemos tomado, cuando el presidente canceló su viaje a Asia, pensé que quería abrir un diálogo", sostuvo Boehner. "Decidí entonces quedarme en Washington por el fin de semana", agregó el diputado. "Sabe mi número de teléfono, no tiene más que llamarme", añadió. El "speaker" de la Cámara volvió a decir que no quiere que Estados Unidos caiga en "default", pero remarcó que no aumentará el techo de la deuda sin una seria confrontación sobre los problemas que hacen aumentar nuestra deuda.
Al séptimo día de "shutdown", ambas partes se mantienen enroscadas en sus posiciones. Los mercados, por el momento, aún aguantan la incertidumbre, pero si no atisban una solución las tensiones podrán aumentar, así como podría aumentar la presión de los acreedores norteamericanos.