La organización de derechos indígenas Survival International ha criticado con firmeza el último libro del ganador de un premio Pulitzer Jared Diamond, titulado El mundo hasta ayer. ¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales?, y que sale a la venta en español esta semana. La organización describe la publicación como un “peligroso sinsentido ”, que entraña el riesgo de “hacer retroceder décadas el avance en los derechos humanos de los pueblos indígenas”.
En un artículo difundido el pasado fin de semana por el Huffington Post titulado El peligroso mensaje de Diamond, el director de Survival International, Stephen Corry, refuta dos de los principales mensajes de Diamond: que hoy en día los pueblos indígenas son un modelo de cómo vivía el mundo hasta hace unos pocos miles de años (tal y como sugiere el título “El mundo hasta ayer”); y que las sociedades tribales son mucho más violentas que las industrializadas.
Diamond defiende que los pueblos indígenas (a los que denomina “sociedades tradicionales”), aun cuando han experimentado cambios parciales tras el contacto, viven mas o menos como lo hacía la humanidad hasta “el temprano origen de la agricultura, hace unos 11.000 años en el Creciente Fértil”. Pero la idea de que los pueblos indígenas de la actualidad viven como los ancestros de la humanidad ha sido rebatida por muchos científicos. Como todas las sociedades, las tribales cambian constantemente para sobrevivir y son tan modernas y forman parte de siglo XXI tanto como el resto de personas.
Diamond expone que las sociedades tribales son considerablemente más violentas que las industrializadas y que "la mayoría de sociedades a pequeña escala [están] atrapadas (…) en un estado de guerra”. Sus conclusiones abogan por la imposición de los gobiernos estatales al sostener que “la mayor ventaja de un gobierno estatal es que trae consigo la paz”.
Pero Corry cuestiona la validez de los datos de Diamond y concluye que la idea de que las sociedades tribales son más violentas que las industrializadas es un “peligroso sinsentido”, y que sus conclusiones se asemejan a las ideas coloniales sobre la “pacificación de los salvajes”.
No es solo que el argumento de Diamond se apoye con fuerza en el trabajo de unos pocos antropólogos, como el ampliamente desacreditado Napoleon Chagnon, sino que es la imposición de los estados nacionales la que, más que salvar, mata a los pueblos indígenas. Mientras la mayoría de los hallazgos de las investigaciones de Diamond derivan de su época en Nueva Guinea, él ignora, por ejemplo, que la invasión indonesia y la ocupación de la zona oeste de la isla (por el Gobierno del estado indonesio) ha sido responsable, aproximadamente, del asesinato de 100.000 indígenas papúes.
Aunque Diamond no cataloga a los pueblos indígenas como “primitivos” o “salvajes”, algunos de sus críticos sí lo hacen. El diario británico Sunday Times y el norteamericano The Wall Street Journal hablan alegremente sobre lo que podemos aprender de las tribus “primitivas”, y la popular revista alemana Stern destaca en mayúsculas la palabra "primitivos” al describir el libro en sus páginas.
Stephen Corry escribe en su artículo sobre el libro de Diamond: “La principal causa de la destrucción de los pueblos indígenas es la imposición de los Estados-nación. Lejos de salvarlos, los destruye. Si otros muchos siguieran el credo de Diamond, se estaría poniendo en riesgo el avance de los derechos humanos de los pueblos indígenas, y retrocediendo varias décadas. ¿El mundo del ayer repetido mañana? Espero que no". Averigua por qué Jared Diamond está equivocado.