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La presidenta del poder judicial, doctora Alba Luz Ramos Vanegas, juramentó a los nuevos magistrados militares los coroneles Juan Manuel Molina Pérez, Manuel Giovanni Herrera Rocha y al teniente coronel Juan Ramón Ramírez Salazar, como nuevos magistrados de los órganos judiciales del Ejército de Nicaragua, en cumplimiento de la Ley Orgánica de Tribunales Militares que reserva dicha facultad al tribunal superior de justicia del país.
Ramos dijo que la actividad de “este acto adquiere trascendental importancia pues ratifica el compromiso tanto del Poder Judicial, del Ejército de Nicaragua, del gobierno y demás poderes del Estado de tener como primacía el Derecho para solucionar conflictos, conocer, resolver y sancionar a quienes infrinjan la Constitución Política y las Leyes”.
La jurisdicción militar se limita a conocer de los delitos y faltas militares cometidas por los miembros del Ejército de Nicaragua, de conformidad a la calificación que establezca el Código Penal Militar. Según la Ley de Tribunales Militares, a los órganos judiciales militares les corresponde exclusivamente juzgar y ejecutar lo juzgado en los asuntos de su competencia, en lo cual actuarán apegados a los principios y garantías constitucionales. La doctora Ramos aparece en la actividad con el Estado Mayor del Ejército y con el General en jefe del Ejército de Nicaragua, Julio César Avilés Castillo.
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97 muertos dejaron tormentas en México y el pueblo La pintada sepultado parcialmente
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México - a búsqueda de decenas de desaparecidos en un pueblo parcialmente sepultado por un gran alud y la apertura de las carreteras de Acapulco para agilizar la evacuación de miles de desesperados turistas aún varados continuaban siendo este viernes algunas de las urgencias del gobierno de México.
Un total de 97 muertos, 200.000 damnificados y 50.000 evacuados es el saldo que han dejado hasta el momento dos tormentas que el fin de semana pasado golpearon simultáneamente las costas mexicanas del Pacífico y del Golfo de México, siendo el alud de tierra del pequeño poblado La Pintada el resultado más trágico del desastre climático.
Caminando trayectos de siete horas o en helicópteros, cientos de elementos de las Fuerzas Armadas y la Policía Federal comenzaron a llegar a La Pintada desde el miércoles para evacuar a los supervivientes y el jueves comenzaron a retirar los escombros lodosos del pueblo, del que sólo se salvaron algunas casas.
El gobierno informó de que 68 habitantes de La Pintada, del estado de Guerrero, el más devastado de México, están desaparecidos y que el jueves se encontraron dos cadáveres aún no identificados.
"Estamos frente a una condición verdaderamente extraordinaria", dijo en una conferencia el presidente Enrique Peña Nieto en el puerto de Acapulco (del estado de Guerrero), donde permanecen atrapados unos 25.000 turistas, la mayoría mexicanos, y a donde fueron trasladados los supervivientes de La Pintada.
"¡Perdimos todo; familias enteras!", fue uno de los reclamos difundidos por las cadenas de televisión que le hizo entre llantos un habitante de La Pintada al presidente Enrique Peña Nieto en un refugio de Acapulco al que fueron trasladados los supervivientes de esa comunidad cafetalera de 400 habitantes.
En La Pintada, José Minos, de 12 años, narró acongojado que el lunes ?cuando sucedió el deslizamiento de un gran cerro? jugaba al fútbol con una decena de niños cuando se escuchó un estallido y "todo cayó en unos segundos". "Me salvé porque mi mamá me habló", añadió el pequeño.
Los remanentes del fenómeno climático Manuel todavía provocaban lluvias y neblina en Guerrero. Un helicóptero Black Hawk de la secretaría de Seguridad Pública ?que sólo transportaba a la tripulación? desapareció después de trasladar de La Pintada a una comunidad aledaña a unos supervivientes, indicó Noticieros Televisa.
Dos cuerpos sin identificar habían sido encontrados el jueves y decenas de habitantes se negaban a ser evacuados hasta no encontrar a sus familiares, pese al latente riesgo de otro alud "mucho más grande", advirtió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
"Iniciaron ya los trabajos, es muy complicado, no va a ser fácil", dijo Osorio en la conferencia conjunta con Peña Nieto y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz.
Trabajos a contrarreloj para reabrir las carreteras
Acapulco, destino favorito de muchos mexicanos en días festivos como el del fin de semana pasado extendido hasta el lunes por el aniversario de la Independencia, fue sorprendido por las tormentas, que dejaron incomunicados a sus 800.000 habitantes y a 40.000 turistas.
Unos 15.000 visitantes ya habían sido evacuados en vuelos gratuitos de aerolíneas comerciales y de la Fuerza Aérea mexicana, pero con una lentitud que provocó el jueves las protestas de los turistas, que denunciaban tráfico de influencias de personas de clases altas que saltaban las largas filas de espera para abordar las aeronaves militares.
"¡Que se formen! Todos queremos salir de aquí", reclamaba David Oropeza, un turista del estado mexicano de Morelos (centro) cuando los militares permitían el paso de una familia que arribó en una camioneta con chófer a la base castrense.
Al respecto, Gerardo Ruiz pidió "paciencia", al tiempo que reiteraba que las carreteras de Acapulco -a 386 kilómetros de la capital mexicana-, serán reabiertas a mediodía de este viernes. Unos equipos de técnicos "han estado permanentemente en la obra para tratar de que (el viernes) haya conectividad entre Acapulco y Ciudad de México", dijo Ruiz.
Peña Nieto dijo que los viajes en autobuses y las cuotas de carreteras para salir y entrar a Acapulco serán gratuitos durante la emergencia.
Alerta aún en dos litorales
El sistema climático Manuel ingresó el sábado como tormenta tropical y se debilitó, pero sus remanentes se fortalecieron al volver salir al mar del Pacífico y el jueves golpeó como huracán de categoría 1 más al norte del estado de Sinaloa (noroeste), donde ya han sido evacuadas unas 1.550 personas. Por la tarde, se desplazaba lentamente por el norte del país como depresión tropical.
Y en el Golfo de México, donde tienen costas los muy castigados estados de Veracruz (este) y Tamaulipas (noreste) por el fenómeno Ingrid, se mantienen altas probabilidades de que una baja presión se fortalezca.
Las autoridades temen que ese sistema climático desaborde el río Pánuco, uno de los más grandes y caudalosos de México.