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Los escarabajos de corteza (Dendroctonus ponderosae), como se les conoce, son nativos de los Estados Unidos. Son lo que se denominan, escarabajos que se reproducen en el interior de la corteza de los árboles.
Algunas especies, como el escarabajo descortezador del pino, atacan y matan a los árboles vivos. Permanecen el los pinos hasta que están debilitados o moribundos.
Brotes masivos de escarabajos de pino en el oeste de América del Norte desde mediados de la década de 2000, han talado millones de hectáreas de bosques desde Nuevo México a la Columbia Británica, aumentando los deslizamientos de tierra e incendios forestales.
El cambio climático podría ser el culpable. Los poblaciones de escarabajos, una vez se mantuvieron a raya por las temperaturas frías de invierno y los árboles tenían un montón de agua para usar como defensa.
Pero los inviernos se han vuelto más cálidos, y las sequías han dejado árboles menos capaces de resistir un ataque de los invasores alados.
“Un pequeño cambio en la temperatura produce un gran cambio en el número de escarabajos – y ahora aumentan en gran proporción”, dice Tom Torgersen, director de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF en ingles) y coordinador del programa Agua, Sustentabilidad y Cambio Climático (WSC en ingles) que financió una reciente investigación.
“Los escarabajos de corteza han matado a 95 por ciento de las poblaciones maduras de pinos”, comentó Maxwell en una entrevista.
Los árboles no mueren inmediatamente. Cuando los escarabajos invaden, un hongo azul se extiende en el interior del tronco, ahogando la transpiración y matando al árbol en unos dos años.
Los árboles se vuelven de color rojo sangre, luego gris ceniciento de la muerte. El aumento de la evaporación del suelo y transpiración de los arbustos aumentan las condiciones favorables para la reproducción de estos feroces insectos.