Si su hijo es disperso, presta muy poca atención o le cuesta recordar lo que aprendió en la escuela, podría estar sufriendo un cuadro de deshidratación. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud existe una alteración de la memoria cuando se producen niveles de deshidratación (1-2% del peso corporal) en niños y adolescentes.
El estudio sugiere que la estructura y funcionamiento del cerebro podrían verse afectadas temporalmente por una mala hidratación.
La revista The American Journal of Clinical Nutrition comprobó que los niños que no consumieron suficiente líquido sufrieron de debilidad muscular, sequedad de la boca, dolores de cabeza y fatiga.
Estas condiciones se podrían mezclar para que los niños y adolescentes tengan problemas en las aulas al no estar completamente concentrados.
La nutricionista costarricense, Larisa Páez, explica que “una adecuada hidratación es necesaria para el transporte de nutrientes a nivel celular y para que nuestro cuerpo funcione de manera adecuada.
Páez agrega que “un porcentaje importante de la hidratación diaria se repone mediante el consumo de líquidos como agua, jugos, leche, gaseosas, café, té, chocolate, entre otros. El otro porcentaje proviene de los alimentos sólidos, como las frutas y vegetales.”
¿Cuánto liquido debe tomar su hijo al día?
Algunos padres se preguntan cuánto líquido deberían ingerir sus hijos, probablemente escucharon la recomendación general de los 8 vasos diarios. Pero, ¿un niño y un adolescente deberían tomar esa misma cantidad?
Esta población debe tomar agua dependiendo de su edad, peso y género, además de otros factores externos como el clima y la actividad física que realice.
La Asociación Americana de Dietistas (ADA) y el Instituto de Medicina para niños y adolescentes establecen unos rangos de referencia sobre el consumo de líquido recomendado por día, según las edades de los niños y adolescentes.
La Dra. Paez afirma que “una regla básica para estar seguros si sus hijos cumplen con estas recomendaciones, es lograr que consuman 6-8 vasos de 8 onzas de líquidos y que además logren un consumo adecuado de frutas y vegetales cada día.”
La Organización mundial de la Salud hace énfasis en mantener adecuados niveles de hidratación en la niñez temprana porque este es un periodo fundamental en el aprendizaje y desarrollo cerebral.
Los padres pueden supervisar si su hijo está bien hidratado monitoreando el color de los orines y el olor. Orines de color amarillo oscuro o con olor fuerte, indican mala hidratación. En contraste, orines claros y sin olor, indican buena hidratación.
Hidratación y ejercicio
Si su hijo realiza algún deporte o tiene constante actividad física mientras juega es necesario aumentar la dosis de líquido que debe ingerir, la recomendación general es tomarse 1 vaso (240 ml)-2 vasos (500 ml), cada 20 minutos mientras se ejercita, afirmó la Dra. Paez.
La especialista destaca la importancia de tener una buena hidratación. Un adulto, no deportista y sin condiciones especiales (clima, enfermedades) debe consumir entre 9 y 13 vasos/tazas (de ocho onzas) de líquido al día.