El fin de semana fueron puestos en libertad tres miembros del Ejército capturados por las FARC.
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Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hicieron la liberación el fin de semana del general del Ejército, Rubén Darío Alzate, el oficial de un nivel elevado tomado por la guerrilla durante cincuenta años de conflicto armado, al cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego e hicieron la oferta de un “armisticio” para promover el desarrollo del proceso de paz, que fue suspendido por el Gobierno después de las capturas.
Los tres rehenes fueron entregados a través de una misión humanitaria en el caserío de Vegáez, a orillas del río Arquía, al noreste del departamento de Chocó, zona donde fueron capturados el 16 de noviembre por las FARC, señaló el grupo rebelde en un comunicado.
“Liberados (…) en perfectas condiciones”, hizo el aviso a través de su cuenta Twitter el presidente Juan Manuel Santos, quien estaba en exigencia del regreso de los retenidos como un requisito indispensable para restaurar las pláticas con las FARC, que realizan desde 2012 en Cuba, sin un alto al fuego. Este paso de las FARC “contribuye a recuperar el clima propicio para continuar los diálogos”, indicó Santos en un comunicado.
El operativo, que fue bastante dificultoso debido a las fuertes lluvias en la remota y selvática región de Chocó, la más pobre de Colombia, estuvo bajo supervisión del comandante guerrillero alias “Pastor Alape”, negociador de paz en La Habana y comandante del bloque Iván Ríos, quien estuvo viajando especialmente enviado por el jefe máximo de la guerrilla, alias “Timoleón Jiménez”, según las FARC.
Desde La Habana, las FARC llamaron a realizar un “rediseño de las reglas de juego” de las negociaciones para que “ningún suceso bélico en los campos de combate” justifique una nueva interrupción. Pero en un comunicado, Santos reafirmó su “convicción” de que negociar sin una tregua “ha sido la mejor manera de preservar” el proceso de paz.