Las manifestaciones en Hong Kong se han vuelto tan violentas como los primeros días de las primeras protestas, aseguran protestantes.
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HONG KONG - La presencia de miles de activistas prodemocracia causó el cierre temporal de la sede del Gobierno de Hong Kong tras enfrentamientos con la policía ubicada en las cercanías, en una escalada después de más de dos meses de manifestaciones.
El problema surgió cuando los oficinistas intentaban llegar a sus trabajos, y cientos de manifestantes estuvieron rodeando el Centro del Admiralty, que tiene oficinas y tiendas. Las oficinas del Gobierno central y la legislatura cerraron sus puertas por la mañana, de igual manera que decenas de locales comerciales.
El último estallido de violencia, en el cual la policía realizó ataques a los manifestantes con porras y gas pimienta, hace nacer una escalada en el movimiento de desobediencia civil.
También subraya la frustración de los manifestantes tras el rechazo de Pekín a otorgar reformas electorales y otorgar una mayor democracia en la ex colonia británica.
"El ambiente en el Admiralty es muy diferente ahora, después de los enfrentamientos de anoche", dijo Jessica Lam, de 20 años, quien estuvo de regreso al lugar el lunes. "Se ha vuelto muy tenso, como volver a los primeros días cuando acababa de comenzar la protesta", agregó.
El movimiento prodemocracia viene a ser una de las mayores amenazas para la guía del Partido Comunista de China desde la sangrienta represión en 1989 de las manifestaciones estudiantiles en los alrededores de la Plaza de Tiananmen, en Pekín.
Fueron centenares de agentes policiales antidisturbios que estuvieron dispersando a la multitud en escenas caóticas, causando obligación a los manifestantes a replegarse esparciendo gas pimienta y golpeándolos con porras para evitar que escalaran muros, en una aglomeración de cuerpos en una vía fuera de la sede del Gobierno.
Decenas de médicos voluntarios asistieron a numerosos heridos, algunos que yacían inconscientes y otros sangrando con cortes en la cabeza. La policía dijo que se realizaron al menos 40 arrestos.
El secretario de Seguridad de Hong Kong, Lai Tung-kwok, defendió el uso de la fuerza: "La policía tiene que tomar acciones decididas, no tiene otra opción (...) es su deber restablecer la ley y el orden".