Las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Venezuela vuelven a estar en un punto crítico.
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WASHINGTON. La Casa Blanca confirmó ayer jueves que el presidente Barack Obama tiene las intenciones de firmar el proyecto de ley aprobado por el Congreso que sanciona a funcionarios venezolanos que tienen acusaciones de violentar los derechos humanos.
El portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest aseguró ayer durante su conferencia de prensa diaria que "el presidente planea firmar el proyecto de ley y coordinará con las agencias correspondientes y miembros (del Congreso) para implementarlo".
The Associated Press se adelantó en la víspera de los planes de Obama de darle el ejecútese a la legislación, que estará suspendiendo las visas y congelará activos dentro del territorio estadounidense que pertenezca a los funcionarios venezolanos a los que el gobierno federal tilde de responsables de violar derechos humanos en el momento de las protestas callejeras que tumbaron al país petrolero a inicios del 2014.
Maduro en búsqueda de “solidaridad” del Alba
Por su parte el presidente Nicolás Maduro hizo el rechazo rotundo ayer jueves de las sanciones en un acto de gobierno que fue transmitido por televisión. "Aquí no hay formas que ustedes puedan presionarnos para nada", dijo el gobernante, que señaló que naciones de la región ya iniciaron con la expresión de respaldo a Venezuela
"Ya el ALBA, América latina... comienza a reaccionar contra las sanciones del Imperio", indicó. "A nosotros nos detiene nadie".
Maduro hizo el comentario a través de un documento, que los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América rechazan "cualquier agresión del tipo legal, económico contra Venezuela" y se reservan el derecho de "dar debida respuesta ante acciones de este tipo". El ALBA, que fue formada por el fallecido gobernante venezolano Hugo Chávez y el expresidente cubano Fidel Castro, forma parte de una docena de naciones entre los cuales están Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y El Salvador.