por Dr. Enrique Medina Sandino*
Según estudios realizados alrededor del mundo, la deshidratación produce alrededor de 1.5% de pérdida de masa corporal.
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Uno de los cuidados a tener presente durante estas fiestas de fin de año es la hidratación. Además de regular la temperatura del cuerpo, eliminar toxinas y desperdicios metabólicos del organismo, la hidratación favorece el transporte de nutrientes y su utilización.
Durante todo el día, nuestro organismo está en una búsqueda constante del equilibro entre los líquidos ingeridos y la eliminación de éstos. “Una persona adulta recibe en promedio 2.5 litros de agua de los alimentos preparados en nuestra alimentación, tales como las frutas y verduras, y de los líquidos que ingerimos como agua, café, leche y jugos”, explica el Dr. Enrique Medina, médico endocrinólogo pediatra.
Según el Dr. Medina, otra cantidad de agua proviene del metabolismo energético y el equilibrio entre la ingesta, producción de agua y la pérdida ésta, determina nuestro estado de hidratación.
Es fácil comprender y tomar decisiones para restablecer nuestra hidratación, ya sea aumentado la ingesta de líquidos o disminuyendo la pérdida de agua y modificando las condiciones ambientales.
Caer en estados de deshidratación es fácil. Los responsables de dar alarma sobre este trastorno actúan cuando el estado de deshidratación ha avanzado, previamente no nos damos cuenta. La sensación de sed es una de las señales que se manifiestan después de que el evento se ha producido.
Según estudios realizados alrededor del mundo, la deshidratación produce alrededor de 1.5% de pérdida de masa corporal. A continuación, algunas consecuencias de este estado:
- Fatiga, aumento de tensión, cambios de humor y hasta cierta hostilidad a veces, disminución de la capacidad de concentración, dificultad de realizar algunas tareas y cefaleas.
Durante esta época de Navidad y fin de año, muchas personas cambian su rutina cotidiana ya sea por vacaciones escolares o laborales. Este cambio de ritmo puede ocasionar estados de hidratación inadecuados que se manifiestan clínicamente.
Cuando empezamos a sentir sed ya ha transcurrido mucho tiempo. Lo más práctico para mantener este equilibrio hídrico es ingerir agua en cualquiera de sus presentaciones y equilibrar la balanza, y para ello todos los líquidos cuentan. El agua debe ser la principal fuente pero también cualquier tipo de bebida. Recordemos que todas las bebidas hidratan.
La otra fuente importante de agua son los alimentos y entre ellos las frutas, ensaladas y vegetales aportan una cantidad importante de este recurso y actúan como una fuente de vitaminas, fibras y micronutrientes esenciales para nuestra salud.
Durante esta temporada, les invito a no descuidar su hidratación. La recomendación internacional de agua para un adulto joven es de 3.7 litros al día para varones y de 2.7 litros para mujeres, con variaciones importantes en cada individuo.
No esperemos a sentir sed para tomar agua. Podemos completar la cuota de líquidos con el consumo de frutas, ensaladas y vegetales que aportan fibra y micronutrientes, así como de bebidas. Si a todo esto le agregamos 30 minutos de actividad física diario tendremos un excelente estado de salud.
¡Felices Fiestas!
*Pediatra Endocrinólogo
Centro de Endocrinología, Metabolismo y Nutrición