Fugitivos en agenda de discusión en restablecimiento relaciones EE.UU. - Cuba
EE.UU. y Cuba han sentado sus posiciones con respecto al regreso de sus fugitivos para que sean procesados.
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LA HABANA — Durante 5 décadas, los fugitivos más buscados por Estados Unidos rehicieron sus vidas en Cuba, contrajeron matrimonio, tuvieron hijos y se volvieron parte habitual en sus modestos vecindarios de La Habana en tanto sus casos fueron olvidados en gran medida en su país.
Después de que el presidente Fidel Castro los recibiera y les diera asilo político, fueron la pieza fundamental del gobierno para alcanzar a las minorías norteamericanas y a izquierdistas, ofreciendo de las charlas sobre los méritos de Cuba a los visitantes que simpatizaban, estudiantes de medicina y reporteros estadounidenses.
La increíble reconciliación de la semana pasada entre Estados Unidos y Cuba ha hecho que estas reliquias canosas de la Guerra Fría vuelvan a los titulares, transformándolos en una potencial fuente de tensión para la nueva era en que las dos naciones han restablecido sus relaciones diplomáticas.
Las decenas de hombres y mujeres que son los más buscados por Estados Unidos van desde sospechosos de cometer fraude con el seguro de salud Medicaid hasta milicianos negros y nacionalistas puertorriqueños que tienen sobre sus espaldas, importantes recompensas por su cabeza.
Dentro e la lista está Joanne Chesimard, una integrante de las Panteras Negras y del Ejército de Liberación Negra. Conocida como Assata Shakur, fue declarada culpable en 1977 por la muerte de un agente de caminos de Nueva Jersey y sentenciada a cadena perpetua. Logró escapar y refugiarse en Cuba en la década de 1980. Al igual que otros fugitivos con asilo político aquí, ella habitaba tan abiertamente en La Habana tanto que su número hasta aparece en la guía telefónica.
"Llegué y era como todo un nuevo mundo", dijo al director de un documental de 1997. "Este es uno de los lugares más hermosos que he visto en mi vida. Todo es tan exuberante, tan verde, tan maduro".
La vida para Shakur dio un giro de 360 grados cuando las autoridades subieron el precio por su cabeza. La recompensa que ofrecía el FBI y la policía estatal de Nueva Jersey por información que llevara a su captura es ahora de 2 millones de dólares, y miembros de la alguna vez cerrada comunidad de milicianos negros que vive en Cuba dicen que su único contacto con Shakur en estos días es la ocasional e inesperada —aunque amigable— llamada telefónica.
El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, un posible candidato presidencial para 2016, ha pedido al presidente Barack Obama exigir el regreso de Shakur antes de reabrir totalmente las relaciones con La Habana. "Esos rufianes en Cuba le han dado asilo político por 30 años. Es inaceptable", afirmó.
El gobierno de Obama aseguró que buscará el regreso de los fugitivos, pero Cuba dejó en claro el lunes que extraditar a Shakur y otros asilados políticos no se encuentra dentro de la agenda de discusión.
"Todo país tiene derechos soberanos y legítimos para otorgar asilo político a gente que considere perseguida", dijo Josefina Vidal, directora del Departamento para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
La funcionaria subrayó que Estados Unidos ha rechazado varias veces a deportar a sospechosos buscados por Cuba por crímenes que incluyen asesinato, secuestro y terrorismo. Lo que más disgustó al gobierno cubano es el caso de Luis Posada Carriles, quien es buscado por Venezuela y Cuba por la supuesta participación en el atentado contra un avión cubano que dejó 73 personas muertas en 1976, uno de los peores ataques en el continente antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Posada Carriles habita en territorio estadounidense desde 2005 y las autoridades de ese país han negado categóricamente entregarlo.
