Ministro de Hacienda de México, Luis Videgaray.
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CIUDAD DE MEXICO - Las reformas recién aprobadas por el Congreso pero en su máxima expresión en las telecomunicaciones y energía trajeron optimismo al gobierno del presidente Enrique Peña, que espera, después de un año muy malo para su carrera política, que la economía irá en aumento en 2014 más que muchas ricas y emergentes.
El ministro de Hacienda (finanzas), Luis Videgaray, anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) de México experimentará un aumento de casi un 4% en este año, por encima de países como Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Rusia, Sudáfrica y Brasil.
Videgaray dijo que el país al parecer comienza a dejar atrás el oscuro panorama que lo afectó el año pasado, cuando la economía de acuerdo a algunos expertos entró en una "recesión suave", que siempre el gobierno rechazó.
El ministro afirmó que "los motores externo e interno" de la nación funcionarán sin obstáculos en los meses por venir.
Durante un encuentro que ocurre cada año con el cuerpo mexicano de Embajadores y Cónsules, llevado a cabo en la sede de la cancillería, Videgaray dijo que México tendrá un crecimiento "por arriba del esperado para el resto del mundo".
El funcionario señaló que 2013 ha sido un año "excepcional" para México, luego de la aprobación de las llamadas "reformas estructurales", sobre todo en las telecomunicaciones y la energía, para romper los monopolios en ambos sectores de las televisoras y la petrolera gubernamental PEMEX. México habría crecido entre 1 y 1,2 en 2013, según opinan expertos, aunque las autoridades todavía demorarán en dar la información oficial, que contrasta con el aumento del producto interno bruto (PIB) de 3,9% en 2012.
Videgaray agregó que si México creció poco el año recién concluido se debió a "factores estacionales" (como el cambio de gobierno) y a condiciones externas que obligaron al país a colocarse "claramente por debajo de nuestro potencial, de lo esperado y de lo que necesitamos crecer".
Los expertos coinciden con el ministro en que la situación fue provocada especialmente por una "debilidad notable de la demanda externa", en su particularidad en las exportaciones a Estados Unidos, y en segundo lugar por algunos factores internos como la industria de la construcción, tanto en materia de infraestructura pública, como vivienda.
La oposición y algunos especialistas también culparon al gobierno de este descalabro debido al desorden y la lentitud en ejercer la inversión pública tras la asunción de Peña Nieto el 1 de diciembre pasado.