Esta vez la ONU fue más fuerte con el Vaticano, con respecto a los temas de defensa de la niñez, en donde la Santa Sede tiene presencia.
En la gráfica la fachada más famosa de El Vaticano, mostrando la plaza San Pedro.
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GINEBRA - La ONU lanzó una acusación a la Santa Sede de haber cometido violaciones a la Convención Internacional de los Derechos del Niño y le solicitó, a través de un documento de insólita dureza, hacer una revisión de su postura con respecto al aborto y la anticoncepción, quitar a los curas pedófilos, hacer una evaluación del número de niños nacidos de curas católicos y respaldar la despenalización de la homosexualidad.
Con sorpresa, el Vaticano afirmó que examinará con bastante cuidado el documento con las recomendaciones difundidas por el Comité de la ONU con respecto a los Derechos del Niño, pero criticó su línea ideológica y su intención de "interferir en la enseñanza de la Iglesia Católica".
Desde Ginebra, el Comité exhortó al Vaticano a "revisar su postura sobre el aborto" cuando está en riesgo la vida y la salud de las mujeres embarazadas, y le pidió "identificar circunstancias en que pueda ser admitido el acceso a los servicios de aborto", haciendo una modificación en el canon 1398 de la materia.
"Con profunda preocupación" hizo citas a las sanciones decididas por la Iglesia en 2009 en Brasil contra una madre y un médico que ejercieron el aborto para salvar la vida a una niña de 9 años, que quedó embarazada después de ser violada por su padrastro.
El Comité a su vez solicitó la remoción de su cargo de quienes cometieron o sean sospechosos de haber cometido abusos sexuales contra niños, porque hasta ahora la Santa Sede "adoptó políticas y prácticas" que trajeron la continuación de los abusos con impunidad para los autores. El organismo de la ONU se dijo "seriamente preocupado" ante el hecho de que la Santa Sede "no haya reconocido el alcance de los crímenes cometidos, no haya tomado las medidas necesarias para afrontar los casos de abusos sexuales contra niños y para proteger a los niños".
Además, "adoptó políticas y prácticas" que trajeron consigo la continuación de los abusos y a la impunidad de los autores".
Las advertencias de la ONU fueron reveladas a seis días del primer aniversario de la renuncia del actual papa emérito Benedicto XVI, el 11 de febrero del 2013, reemplazado por el argentino Jorge Bergoglio, el papa Francisco. Precisamente Francisco hizo el año pasado una comisión especial para la protección de los menores víctimas de abusos sexuales y para la lucha contra los curas pedófilos. La comisión fue integrada por consejo de los ocho cardenales que lo asesoran para la reforma de la Curia Romana.
Las acusaciones y recomendaciones de la ONU figuran en las observaciones finales del informe realizado por el Comité tras examinar el documento de la Santa Sede sobre su respeto a la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
El Vaticano -dijo la presidenta de la Comisión, Kirsten Sandberg- violó la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Respondiendo a una pregunta sobre si el informe muestra que la Santa Sede violó la Convención, Sandberg afirmó: "Mi simple respuesta es sí, porque no hicieron todo lo que habrían debido".
Asimismo, exhortó a la Santa Sede a "evaluar el número de niños nacidos de curas católicos, descubrir quiénes son y tomar todas las medidas necesarias para garantizar los derechos de estos niños a conocer y ser cuidados por sus padres".
En su informe, el Comité recomienda que la Santa Sede termine de una vez con la práctica de los "acuerdos de reserva" en el ámbito de los planes de apoyo financiero para las madres.
En otro tramo del documento invitó a la Santa Sede a "hacer pleno uso de su autoridad moral para condenar todas las formas de molestia, discriminación o violencia contra los niños según su orientación sexual o la orientación sexual de sus padres, y a apoyar los esfuerzos internacionales para la despenalización de la homosexualidad".
Aunque se califiquen de positivas las afirmaciones del papa Francisco en julio de 2013, el Comité está preocupado por dichos pasados de la Santa Sede sobre la homosexualidad que "contribuyen a la estigmatización social y a la violencia contra gays, lesbianas, bisexuales y adolescentes transgénero y niños criados por parejas del mismo sexo".
También recomendó a la Santa Sede retirar de su legislación, como anunció oralmente, la expresión discriminatoria "hijos ilegítimos" para los niños nacidos fuera del matrimonio.
El documento también manifiesta "seria preocupación" por las consecuencias negativas de la postura de la Santa Sede sobre el acceso de los adolescentes a la anticoncepción.
Por ello recomienda al Vaticano poner el interés superior de los adolescentes en el centro de todas las decisiones en la materia, y a garantizar que la educación sobre salud sexual y prevención de VIH/sida sea parte del currículum obligatorio en las escuelas católicas.