Honduras es uno de los países del istmo centroamericano donde más gente hace el intento para irse a EE.UU. de forma ilegal.
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Un segundo grupo de niños y mujeres han sido deportados de Estados Unidos y arribaron el pasado viernes a San Pedro Sula Honduras con nada más que sus hijos al hombro y demasadas deudas que dejaron al partir.
En un avión chárter con 59 personas entre ellas 33 niños ingresaron al país los deportados que los trajeron directamente de un Centro en Nuevo México, Estados Unidos. Entre los niños están mujeres con bebes pequeños.
"Tengo alegría porque ya no voy a estar encarcelada, pero ahora estoy pensando en el préstamo de 150 mi lempiras (unos 7,200 dólares) que debo pagar" dice Rosalina, una joven madre quien prefirió no dar su apellido pero si mostrar su enojo por la forma en la que la hicieron regresar a su país.
Al llegar al aeropuerto son recibidos en el Centro de Atención al Migrante Retornado de Honduras. La religiosa Valdete Wileman, a cargo del centro, brindó explicaciones que al bajar los menores tiene un espacio de entretenimiento donde puede jugar, refrescarse antes de ser enviado en un bus gubernamental a una terminal de buses donde cada madre decide por su cuenta su lugar de destino.
"Todos los niños vienen acompañados de su madre, ningún niño llegó solito" dijo Wileman.
El gobierno les hizo la entrega de una pequeña mochila con crayones a los niños mientras que a las madres les entregaron 500 lempiras para el viaje y granos básicos para dos días. El médico Miguel Guandique quién revisó a los niños, dijo que la mitad de los menores llegaron enfermos con problemas digestivos y respiratorios.
Con este es el segundo grupo de madres y niños hondureños que fueron deportados. El primer vuelo llegó el lunes de la semana pasada donde 16 menores acompañados luego de que el gobierno estadounidense hiciera amenaza con deportar a los menores acompañados que según las autoridades no califican para obtener el beneficio de quedarse mientras una corte estadounidense revisa su situación migratoria
En junio el presidente Barak Obama explicó que la llegada, de por lo menos 57,000 niños y menores de edad viajando solos y sin acompañamiento especialmente de Guatemala, Honduras y El Salvador en busca de la reunificación familiar, tratando de librar la violencia en la región y la pobreza, generó "una crisis humanitaria" que debía ser resuelta.
Los gobiernos del istmo han comenzado a tomar acciones para frenar la migración de niños no acompañados con campañas publicitarias y aumentando fuerzas policiales que buscan impedir el cruce de fronteras de migrantes.