La infraestructura de los gasoductos que garantizan el gas butano a Europa pasan a través de Ucrania.
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MOSCU - Rusia cerró ayer el grifo del gas a Ucrania y puso nervioso a la Unión Europea, que ha obtenido de los gasoductos ucranianos la mitad del metano que adquiere desde Moscú.
Las vírgenes negociaciones entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea fueron un fracaso al no lograr encontrar un acuerdo sobre el tema energético, y, junto a la introducción de un pago con anticipo por parte de Kiev, en el horizonte se perfila el fantasma de una tercera "guerra del gas", después de las de 2006 y 2009 que dejaron en hielos a media Europa.
Por el momento el metano que es destinado a Europa sigue entrando a través de Ucrania, y el ministro para la Energía de Kiev, Yuri Prodan, manifestó que los flujos dirigidos hacia el Viejo Continente no estarán en riesgo.
Aunque como subrayó el comisario de la UE para la Energía, Gunther Oettinger, el peligro de que en invierno Europa tenga que enfrentar una carencia de gas es concreto, y Gazprom advirtió a la Comisión Europea sobre "posibles interrupciones" en la provisión.
Según el productor ruso, los posibles recortes son atribuibles a Ucrania, que podría consumir parte del metano en el volumen en tránsito hacia Europa. La situación podría ser menos dramática que en 2009 porque Ucrania puede ser en parte eludida a través del gasoducto Nord Stream, que pasa desde el Mar Báltico, y ayer Oettinger relanzó sorpresivamente el proyecto del sorpresa South Stream, que debería cruzar el Mar Negro.
Kiev, por su parte, señala que cuenta con reservas suficientes hasta diciembre, aunque el premier ucraniano, Arseni Yatseniuk, pidió a los ministros de Energía y Justicia estar listos de cara a una emergencia energética.
Moscú y Kiev intercambian acusaciones recíprocas. Yatseniuk habló de una "nueva etapa de agresión rusa", mientras que su colega ruso, Dmitri Medvedev, indicó que el gobierno ucraniano uso el gas para una "intimidación" política.
Vienen demandas de ambos
Pero las dos mayores ex repúblicas soviéticas, además de desafiarse verbalmente, se preparan para un duelo legal en el arbitraje de la Corte de Estocolmo.
Si Gazprom decidió demandar a la empresa estatal de energía ucraniana Naftogaz por la falta de pago del gas por un total de 4.500 millones de dólares, los ucranianos respondieron al coloso ruso del gas recurriendo al arbitraje para fijar un "precio justo", y apuntan al mismo tiempo a recuperar lo que consideran "el pago excesivo" desde 2010, unos 4.400 millones de euros.
El cierre del grifo del gas ruso ocurre al vencer un plazo lanzado por el Kremlin a Kiev de 1.950 millones de dólares como parte de la deuda acumulada, pero el gobierno ucraniano lo rechazó e insistió en el precio exagerado impuesto por Rusia después de que asumió en Kiev un gobierno pro Occidente. El nuevo valor es de 485 dólares por mil metros cúbicos, la tarifa más alta de Europa y el punto real de discordia en la disputa energética.
Oferta rechazada
Kiev rechazó la semana pasada una propuesta de Moscú de reducir en 100 dólares la tarifa y llevarla a 385 dólares por mil metros cúbicos, pero Ucrania la considera "no de mercado" y pretende hacer el pago a 326 dólares.
Un acuerdo pareció cercano a fin de mayo, cuando Kiev pagó el primer tramo de 786 millones de dólares a Rusia, que a su vez respondió aplazando su ultimátum del 3 al 9 de junio, del 9 al 10, y hasta la mañana de hoy lunes.
Pero la negativa ucraniana a la oferta rusa - "la última" avisó el titular de Gazprom Alexiei Miller- aceleró la situación y ahora el mismo Miller afirmó que "la continuidad de las consultas trilaterales no están en discusión".
Kiev debe pagar sus deudas y es hora de hacerlo por anticipado. Sin más.
Las tensas relaciones entre Rusia y Occidente corren el riesgo de profundizarse, también porque en paralelo a la "guerra del gas" en el este de Ucrania se combate otra guerra, verdadera, entre las tropas de Kiev y las milicias separatistas, y el nuevo gobierno ucraniano y sus aliados occidentales acusan a Moscú de ayudar y armar a los rebeldes.
Los rebeldes se adueñaron hoy de la sede del Banco Central ucraniano en Donetsk, el corazón industrial y minero del país.