Ayer cientos de manifestantes se reunieron en la plaza de Kiev para rechazar cualquier acción intimidatoria de parte de Moscú contra Ucrania.
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MOSCU - Los manifestantes ucranianos volvieron a estar en la plaza de Madian, escenario de la revuelta popular contra el ex presidente Viktor Ianukovich, para hacer la defensa de la "unidad territorial" del país y alertar a Occidente ante una eventual "invasión rusa". La amenaza de una invasión desde el Este es cooperada por Estados Unidos y la OTAN que han asumido como hipótesis de conflicto un posible avance del ejército ruso sobre las regiones orientales de Ucrania donde vive la población de habla rusa.
La OTAN comparte la posibilidad de la amenaza militar que ocurre desde el Este e incluso ha evaluado una posibilidad que prospere un intento separatista de los rusos de Moldavia, que quieren crear la república de Transnistria, para después hacer el pedido a Moscú para crear su anexión.
El primer ministro de Crimea, Sergei Aksionov, atizó aún más el fuego, al discutir a través de la televisión al pueblo ucraniano (especialmente rusoparlante) a crear la oposición del reciente Acuerdo de Asociación con la UE y retomar una unidad con Rusia.
El secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Andrii Parubi, afirmó por otra parte que el objetivo del presidente ruso Vladimir Putin es apoderarse de todo el territorio de su país y que la invasión puede ser inminente.
"El objetivo de Putin no es Crimea, es toda Ucrania", dijo de manera tajante Parubi, desde un palco de la Plaza Maidan, en frente de miles de manifestantes.
El funcionario ucraniano dejo claro además que Rusia ha concentrado ejércitos en la frontera para atacar a Ucrania "en cualquier momento". En tono exacerbado añadió que "en la imaginación del maníaco de Putin, Ucrania debe ser parte de Rusia".
Moscú descartó a su vez inmediatamente que concentre sus tropas en la frontera con Ucrania y aseguró que respetará "los acuerdos internacionales" que se llevaron a cabo con su vecino, después de la desintegración de la Unión Soviética.
El canciller ucranio, Andrii Deschizia, advirtió por su parte que el riesgo de guerra con Rusia "aumentó" en los últimos días, tras declaraciones para la cadena ABC de Estados Unidos. "La situación es aún más explosiva de lo que era hace una semana", señaló, después de destacar: "No sabemos que tiene Putin en su cabeza y lo que puede decidir".
Para Estados Unidos la expansión de tropas rusas en la frontera "es probable que sea intimidante", pero también es "posible que Rusia esté preparándose para entrar en Ucrania", señaló el vice consejero para la seguridad nacional de la Casa Blanca, Tony Blinken, en vísperas de la cumbre del G7 que dará inicio en sesión el día de hoy lunes en La Haya, con la presencia del presidente Barack Obama.
El presidente estadounidense se propone "mandar un fuerte mensaje a Putin" desde el G7, adelantaron voceros de la Casa Blanca.
En su réplica inmediata, el Ministerio de Defensa de Rusia garantizó "el respeto de todos los acuerdos internacionales que limitan el número de tropas en las regiones fronterizas con Ucrania". Sergie Shoigu, ministro de Defensa ruso, el 20 de marzo le había asegurado a su colega Chuck Hagel de Estados Unidos que su país "no tiene intenciones de acumular tropas en las fronteras con Ucrania", recordó el ministerio.
Pero en Occidente no se tiene confianza a las promesas de Putin después de la anexión de Crimea. El general Philip Breedlove, jefe de la OTAN en Europa, comparte la opinión de que las tropas rusas en la frontera oriental con Ucrania "están listas" para hacer la ocupación de la Transnistria, "si se adopta esa decisión" en Moscú.
Transnistria -región desconocida hasta hace unos días- es una estrecha franja de tierra entre las orillas del Río Dniester y la frontera suroccidental de Ucrania, desde donde surgió una apelación a Moscú para que toma la disposición de una anexión similar a la Crimea, de parte de los habitantes rusoparlantes.
Las provincias del sureste de Ucrania también son rusoparlante y el premier crimeano Sergei Aksionov, haciendo de megáfono de las tesis de Putin, en un discurso difundido por la televisión puso en guardia a los ucranianos sobre los efectos económicos del Acuerdo de Asociación con la UE, que al ser rechazado en noviembre pasado por Ianukivich, desencadenó la revuelta popular de "Maidan".
Aksionov no descartó algo de terror psicológico sobre las posibles consecuencias al advertir "los altos impuestos, el aumento de los precios, la inflación y el aumento del desempleo, y la edad media de jubilación fuera del alcance de la media de esperanza de vida", que como maldiciones caerán, supuestamente, sobre los ucranianos por haber decidido la asociación con la UE.
"Yo no tengo el derecho de invitarlos a ustedes a separarse de Ucrania pero quiero invitarlos a defender su derecho a una vida digna", aseveró Aksionov, en un mensaje dirigido a los ucranianos y en especial a rusoparlantes.
También invitó a los ucranianos a "oponerse a la elección efectuada por un puñado de aventureros políticos financiados por los oligarcas...a defender vuestros derechos e intereses, logros que, estoy profundamente convencido, pasan por una estrecha alianza con la Federación Rusa, una alianza política, económica y cultural", reforzó el premier Aksionov.