Ante nuevas líneas que se estarían aprobando, una es la aceptación de homosexuales
El Papa Francisco lleva el proceso del cambio de la Iglesia de manera gradual, para hacerla más flexible a los tiempos actuales, y que sus líderes puedan aceptar las reformas.
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CIUDAD DEL VATICANO - El Papa Francisco dirigió ayer domingo el cierre de un encuentro de obispos católicos que causó profundas divisiones con respecto a asuntos como la homosexualidad y el divorcio, y aseguró que la iglesia no tendría por qué temerle a los cambios ni a los nuevos retos.
Francisco, aseguró ha dicho que tiene intenciones de formar una iglesia católica más compasiva y menos rústica, hizo estos comentarios durante un sermón en frente de 70.000 personas en la Plaza de San Pedro, al terminar unaa asamblea de dos semanas, conocida como sínodo.
Las sesiones de discusión finalizaron el sábado por la noche con la divulgación de un documento hecho que revirtió una posición inicial de aceptación a los homosexuales, una iniciativa que fue histórica para la Iglesia Católica y cuyo resultado fue estipulado por algunos progresistas como un revés para el pontífice.
En la misa del domingo, Francisco beatificó al Papa Pablo VI, quien murió en 1978, dejando más cerca de la santidad al pontífice conocido por concluir las reformas del Segundo Concilio del Vaticano y consolidar la prohibición de la iglesia con respecto a la anticoncepción.
Después de que un borrador del documento final del sínodo fue publicado, obispos conservadores hicieron el intento de cambiar las referencias a las personas homosexuales, a la vida en pareja fuera del matrimonio y al divorcio, diciendo que generarían confusión entre los fieles y amenazaría con debilitar a la familia tradicional.
Francisco tomó buena parte de su sermón al sínodo, que habló sobre los controvertidos tópicos sobre homosexualidad y los cambios en las familias antes de un encuentro definitivo que se realizará en octubre del próximo año para realizar más discusiones a nivel local en todo el mundo.
"Dios no le teme a las cosas nuevas. Esa es la razón por la que nos sorprende continuamente, abriendo nuestros corazones y guiándonos de maneras inesperadas", declaró Francisco.