El “paro nacional” en Ecuador ha causado ciertos estragos en el país.
Foto Cientos de ciudadanos bloquearon las principales carreteras ecuatorianas para hacer sentir al gobierno del mandatario Rafael Correa, su rechazo al “paro nacional” que el mandatario señala de ser "un golpe de Estado blando".
La marcha de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaierecorrió por lo menos 700 kilómetros en 11 días para llegar a Quito, fue la máxima representación de la huelga general contra Correa y su gabinete desde la capital de Ecuador.
Los indígenas arribaron el pasado miércoles a Quito tras un viaje agotador en el que se han observado incidentes menores que se han cobrado la vida de una mujer que murió al ser atropellada, según informó la prensa ecuatoriana.
Las comunidades nativas realizaron este "paro nacional" con unas exigencias muy concretas que se centran en una reforma agraria que redistribuya las tierras en manos privadas y un plan educativo que incluya las culturas.
A ellos se han agregado diversos colectivos contrarios al Gobierno de Correa que han expresado su rechazo bloqueando varias de las carreteras más importantes del país andino y han realizado barricadas incendiadas para lograr protección de la acción policial.
A pesar de la tensión, la protesta ha estado sin incidentes, salvo en Azuay, donde cinco policías terminaron heridos mientras intentaban despejar la carretera que une las localidades de Giró y Pasaje a la altura de Limones.
En su caso, reclaman a Correa que retroceda en sus planes de reformar la Constitución para poder presentarse a la reelección en 2017 y que cancele también la subida de impuestos que ha anunciado para hacer "una mejor redistribución de la riqueza".
Correa, por su parte, ha asegurado que el "paro nacional" ha sido un "fracaso". "Total normalidad en las principales ciudades", ha redactado en su cuenta oficial de la red social Twitter, aunque ha admitido el bloqueo de importantes vías como la Panamericana.
Hace llamado a sus seguidores
El jefe de Gobierno llamó a sus seguidores a concentrarse frente al Palacio de Carondelet para rechazar "el viejo país de palos y piedras". "No podemos someternos a los abusos de una minoría. Somos más, muchísimos más", ha argumentado.
Además, ha llamado a los jóvenes a movilizarse en contra de lo que ha calificado como "una estrategia de golpes de Estado blandos" que los "grupos de poder" habrían puesto en marcha a nivel regional tras el "aturdimiento" inicial por el ascenso de la izquierda.
"No crean que es casualidad (que haya protestas) contra gobiernos de izquierda. Se trata de una estrategia continental para frenar los cambios", ha asegurado desde el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), en Quito.
Correa ha señalado que la "estrategia" consiste en "generar matrices de opinión y calentar las calles" para propiciar la caída de los "gobiernos progresistas" porque "aún no se han consolidado en el poder" y "las élites lo saben".
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