Obama dijo creer que todavía es posible mejorar y, por ello, pidió a los republicanos que actúen y aprueben una ley sobre migración.
Foto Washington- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se dirigió ayer martes manteniendo un control expresivo y argumentaciones durante su primer discurso del Estado de la Unión en la cual hay una realidad política de control republicano del Congreso.
A Obama se le vio más seguro cuando entró anoche en el hemiciclo de la Cámara de Representantes que por el cambio de correlación de fuerzas fue el escenario más hostil a la que se ha enfrentado en sus dos mandatos.
Sin embargo, llegó más liberado por factores electorales luego de los resultados de las legislativas de noviembre y sin limitaciones por la elección. A pesar de esas adversidades Obama exhibió optimismo y ambición ante un público poco entusiasta y decidido a combatir sus políticas de manera férrea.
"Ya no tengo que hacer más campañas. Lo sé porque gané las dos", improvisó Obama en una de las pocas líneas nuevas que ofreció en un discurso sin el suspense de los años anteriores.
La Casa Blanca ya había desgranado los grandes anuncios en las semanas previas y, en un intento por llegar a más ciudadanos, adelantó el texto íntegro del discurso en Internet minutos antes de que el presidente llegara al Capitolio, un privilegio del que hasta ahora sólo gozaban los periodistas.
No obstante, algunos de los interrogantes clásicos de la noche del Estado de la Unión se mantuvieron hasta el último momento: ¿Quiénes serán los invitados?, ¿A quién designarán como "superviviente" en caso de ataque contra el Capitolio? ¿Qué modelo elegirá la primera dama?.
En los asientos de invitados de este año se escenificó la división que suscita en Estados Unidos, y especialmente en el Congreso, la normalización de relaciones con Cuba.
Alan Gross, el subcontratista estadounidense liberado en diciembre tras cinco años preso en la isla, estuvo sentado junto a su mujer en el palco de los invitados de la primera dama.
"Después de pasar años en prisión, el hecho de que Alan Gross esté de nuevo entre nosotros nos llena de dicha: bienvenido a casa, Alan", dijo Obama.
En pie y visiblemente emocionado, Gross le respondió desde su asiento con varios "gracias", "gracias", "gracias".
Para evidenciar su oposición a la apertura hacia Cuba, los republicanos invitaron a la activista cubana Rosa María Payá, hija del fallecido disidente Oswaldo Payá, y al opositor cubano Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez.
En cada noche del Estado de la Unión un miembro del Gobierno y algunos congresistas deben seguir el discurso desde su casa para garantizar que alguien esté al mando de la nación en caso de ataque contra el Capitolio.
En esta ocasión el elegido fue el secretario de Transporte, Anthony Foxx, designado "superviviente" en una noche en la que las cúpulas de los tres poderes del Estado están reunidas bajo el mismo techo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió hoy al Congreso en su discurso del Estado de la Unión la aprobación de una ley que confirme la tradición de Estados Unidos como "nación de leyes y nación de inmigrantes".
"Todos podemos reconocer algo de nosotros mismos en un perseverante estudiante joven y estar de acuerdo en que nadie se beneficia cuando se separa a una madre trabajadora de su hijo", dijo Obama en su penúltimo discurso sobre el Estado de la Unión ante el pleno de las dos cámaras del Congreso.
Ante un legislativo bajo control republicano en ambas cámaras, Obama volvió a pedir una reforma migratoria y defendió la postura que le hizo aprobar en noviembre unos beneficios migratorios que aliviarán a 5 de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
Obama dijo creer que todavía es posible mejorar y, por ello, pidió a los republicanos que actúen y aprueben una ley sobre migración que confirme la tradición de Estados Unidos como "nación de leyes y nación de inmigrantes".
"Podemos pelear por los votos durante las campañas electorales -subrayó Obama- pero, seguramente, podemos ponernos de acuerdo en que el derecho al voto es sagrado y que se le está negando a demasiadas personas".
El presidente, que recibió el apoyo del voto hispano en 2012, recordó la marcha en defensa de los derechos civiles de 1965 de Selma a Montgomery, de la que ahora se cumplen 50 años y que llevó a la aprobación de la Ley de Derecho al Voto.
Para Obama, este símbolo de los logros del movimiento de derechos civiles de los años 60 debe servir de ejemplo para que "demócratas y republicanos se unan para hacer que votar sea más fácil para todos los estadounidenses".
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