Presidenta de Argentina pasará momentos complicados tras muerte de Nisman
Se la hace difícil la vida a la mandataria
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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue señalada por Nisman de negociar la justicia de su país a cambio de petróleo iraní.

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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner retornó ayer lunes a Buenos Aires, en fuertísimo cambio de su agenda, ya que ella debería estar en El Calafate hasta después del 18 de febrero, cuando se tiene prevista una gran marcha en la capital para conmemorar el primer mes de fallecidos el fiscal Alberto Nisman.

Fernández de Kirchner hizo su viaje a El Calafate el pasado viernes, justo después de que el fiscal Gerardo Pollicita la haya imputado, tomando la base de la denuncia presentada por Nisman cuatro días antes de fallecer por encubrir a los sospechosos iraníes del atentado contra la AMIA.

Antes de saberse su imputación, se tenía previsto que la jefa de Estado inaugurara durante el fin de semana una variedad de obras públicas hechas en El Calafate y se esperaba que estuviera allí al menos hasta el 19 de febrero, la fecha de su cumpleaños.

La prensa argentina brindó el informe de que este viaje mantendría a la líder izquierdista alejada de la capital argentina para la gran marcha por Nisman, que ha causado una escalada de tensión entre el Gobierno y los jueces y fiscales, que han denunciado presiones.

Sin embargo, el domingo a última hora Fernández de Kirchner prefirió regresar a Buenos Aires, después de cumplir con su agenda pública en El Calafate y de pasar unos días junto a sus dos hijos y su nieto, según el diario argentino 'Clarín'.

Sobre la agenda de Fernández de Kirchner para los próximos días, el Gobierno se ha limitado a indicar que el miércoles inaugurará a las 12.30 (hora local) la Central Atucha II, ubicada en la ciudad de Lima, en la provincia de Buenos Aires.

Nisman denunció "la existencia de un plan delictivo destinado a dotar de impunidad a los imputados de nacionalidad iraní acusados en dicha causa (AMIA), para que se sustraigan de la acción de la justicia argentina".

Según Nisman, el Gobierno de Fernández de Kirchner negociaría con la República Islámica un acuerdo por el cual, se comprometía a diluir la acusación contra los sospechosos iraníes a cambio de un canje de petróleo persa por granos argentinos.



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