Amnistía Internacional publica Informe Anual
Y reconoce fracaso de protección a población civil en conflictos
Cables
Los dirigentes mundiales deben actuar con urgencia para hacer frente al nuevo rostro de los conflictos y proteger a la población civil de la horrenda violencia de Estados y grupos armados.
Foto El informe pone de manifiesto la horrenda violencia de Estados y grupos armados, y el fracaso global a la hora de proteger a la población civil.
El informe sostiene que los gobiernos deben “dejar de fingir que la protección de civiles no está a su alcance”.
En América, Amnistía Internacional subraya la continua represión violenta contra las protestas públicas y el sufrimiento constante provocado por las redes criminales.
Pide medidas globales, incluida la renuncia al derecho de veto de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en situaciones de atrocidades masivas
Los dirigentes mundiales deben actuar con urgencia para hacer frente al nuevo rostro de los conflictos y proteger a la población civil de la horrenda violencia de Estados y grupos armados. Así lo ha afirmado Amnistía Internacional al presentar su evaluación anual de la situación de los derechos humanos en todo el mundo.
“El año 2014 fue catastrófico para millones de personas atrapadas en la violencia. La respuesta global a los conflictos y a los abusos cometidos por Estados y grupos armados ha sido vergonzosa e ineficaz. Mientras la gente sufría una escalada de brutales ataques y represión, la comunidad internacional ha dejado mucho que desear”, ha afirmado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Las Naciones Unidas se crearon hace 70 años para garantizar que no se repetirían los horrores vividos en la Segunda Guerra Mundial. Pero lo que ahora vemos es violencia a escala masiva y una enorme crisis de refugiados causada por esa violencia. Se ha fracasado estrepitosamente a la hora de buscar soluciones viables para las necesidades más apremiantes de nuestra época.”
Un año cruel en todo el continente americano, caracterizado por el estallido de protestas y la impunidad en la acción de las redes criminales.
El Informe Anual de Amnistía Internacional ofrece una panorámica completa de la situación de los derechos humanos en 160 países durante 2014; incluye un análisis regional y datos detallados sobre 24 países de América.
"El pasado año la inseguridad y los conflictos crecieron en el continente americano. Estallaron protestas en varios países, entre ellos Venezuela, Brasil, México y Estados Unidos, que a menudo fueron violentamente reprimidas por fuerzas del Estado. También fuimos testigos del trágico aumento de la violencia de redes criminales que actuaban con total impunidad", ha afirmado Erika Guevara Rosas, directora del Programa de Amnistía Internacional para América.
"Desde los estudiantes de Magisterio desaparecidos en México, pasando por las revelaciones sobre la tortura a manos de agentes de la CIA en Estados Unidos, o los disparos de la policía brasileña contra manifestantes, 2014 fue un año vergonzoso en toda la región.
Amnistía Internacional prevé que sin cambios estructurales que pongan en práctica leyes y políticas y sin un compromiso serio de los Estados de acabar con las violaciones de derechos humanos, con toda probabilidad, América experimentará:
un incremento en el número de manifestaciones y protestas, salvo que los gobiernos pongan coto a la impunidad y la corrupción y respondan de forma adecuada a las demandas económicas y sociales de la gente; las redes criminales seguirán deshumanizando a la población civil y utilizándola como carne de cañón en su pelea por ganar poder y controlar el narcotráfico. Es probable que el crimen organizado y la violencia continúen devastando países como México, El Salvador y el Caribe de habla inglesa.
Aun con todo, hay cierta esperanza de que el panorama en la región sea más positivo. Amnistía Internacional cree que la voz de los defensores y defensoras de los derechos humanos en América seguirá sonando cada vez con más fuerza en sus campañas por los derechos de las personas más vulnerables a los abusos, como son las mujeres y las niñas, los pueblos indígenas y las comunidades rurales y afrodescendientes. Seguirán exigiendorendición de cuentas a los gobiernos y haciendo correr la voz gracias a las nuevas tecnologías y las redes sociales y en favor de formas de organización sofisticadas.
El informe también incluye un capítulo sobre Nicaragua, en el que se detallan las preocupaciones de Amnistía Internacional con respecto a los niveles sin precedentes de violencia relacionada con las bandas y de delincuencia organizada, la prohibición total del aborto en todas las circunstancias y los cambios introducidos por el gobierno en la Ley Integral contra la Violencia, entro otros temas.
Grupos armados
Suscita especial preocupación el aumento del poder de los grupos armados no estatales, entre ellos el grupo autodenominado Estado Islámico.
Los grupos armados cometieron abusos en al menos 35 países en 2014, más de uno de cada cinco países investigados por Amnistía Internacional.
“A medida que la influencia de grupos como Boko Haram, Estado Islámico y Al Shabaab traspase las fronteras nacionales, cada vez más civiles se verán obligados a vivir bajo su control, similar al de un Estado, sometidos a abusos, persecución y discriminación”, ha afirmado Anna Neistat, directora general de Investigación de Amnistía Internacional.
“Los gobiernos deben dejar de fingir que la protección de civiles no está a su alcance, y ayudar a reducir el sufrimiento de millones de personas. Los dirigentes mundiales deben asumir un cambio fundamental en su manera de responder a las crisis en todo el mundo.”
Veto del Consejo de Seguridad de la ONU
En los casos de Siria, Irak, Gaza, Israel y Ucrania, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha abordado las crisis y los conflictos –ni siquiera en situaciones en las que los Estados y los grupos armados cometen horrendos crímenes contra la población civil– debido a intereses creados o conveniencias políticas.
Amnistía Internacional pide ahora que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad renuncien a su derecho de veto en situaciones de genocidio y otras atrocidades masivas.
“Esto podría suponer un punto de inflexión para la comunidad internacional y los instrumentos de que dispone para ayudar a proteger la vida de los civiles. Con la renuncia a su derecho de veto, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad otorgarían a la ONU más posibilidades de actuar para proteger a la población civil cuando haya vidas en situación de grave riesgo, y enviarían a los responsables de abusos el firme mensaje de que el mundo no se quedará de brazos cruzados mientras se cometen atrocidades masivas”, ha afirmado Salil Shetty.
Comercio de armas
El sangriento legado del ingente flujo de armas a países donde Estados y grupos armados las utilizan para cometer graves abusos se cobró decenas de miles de vidas de civiles en 2014.
Amnistía Internacional pide a todos los Estados –incluidos Estados Unidos, China, Canadá, India, Israel y Rusia– que ratifiquen o se adhieran al Tratado sobre el Comercio de Armas, que entró en vigor el pasado año después de decenios de campaña de Amnistía Internacional y otras instituciones.
“En 2014 se entregaron enormes remesas de armas a Irak, Israel, Sudán del Sur y Siria, a pesar de las altísimas probabilidades de que estas armas fueran utilizadas contra poblaciones civiles atrapadas en los conflictos. Cuando el Estado Islámico se hizo con el control de extensas zonas de Irak, encontró grandes arsenales, listos para ser recogidos. El flujo irresponsable de armas a quienes cometen abusos contra los derechos humanos debe acabar ya”, ha afirmado Anna Neistat.
Armas explosivas
Amnistía Internacional pide a los dirigentes mundiales que impongan nuevas restricciones para hacer frente al uso de armas explosivas –como bombas lanzadas desde aeronaves, proyectiles de mortero y artillería, cohetes y misiles balísticos– en zonas pobladas, que dieron lugar a innumerables muertes de civiles en 2014.
“La imposición de nuevas restricciones al uso de armas explosivas que no pueden dirigirse con precisión o que tienen efectos sobre amplias zonas en áreas pobladas podría haber ayudado a salvar miles de vidas que se perdieron en conflictos recientes, como los de Israel, Gaza y Ucrania. La comunidad internacional puede y debe hacer más para proteger a los civiles cuyos hogares se han convertido en el campo de batalla de primera línea de las partes beligerantes”, ha afirmado Anna Neistat.
Respuestas draconianas
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a garantizar que su respuesta a las amenazas contra la seguridad no menoscaba derechos humanos fundamentales ni fomenta más violencia.
En 2014, muchos gobiernos reaccionaron a las amenazas contra la seguridad con tácticas draconianas y represivas, como por ejemplo:
se mantenía la vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, cuyos tentáculos se extendían por todo el mundo;
continuaba la represión de las personas que denunciaban irregularidades, como Chelsea Manning y Edward Snowden; hubo represión violenta contra las protestas en Brasil, Venezuela y Estados Unidos, entre otros países;
en ese contexto, salieron a la luz nuevos datos sobre magnitud y la brutalidad de los métodos de tortura empleados por la CIA en la base de Guantánamo y en otros de centros de detención de otras partes del mundo.
“Desde Baga hasta Bagdad, los dirigentes gubernamentales han intentado justificar las violaciones de derechos humanos hablando de la necesidad de que el mundo siga siendo ‘seguro’”, ha afirmado Salil Shetty.
“Observamos indicios preocupantes de que los dirigentes seguirán reprimiendo con dureza las protestas, introduciendo leyes antiterroristas draconianas y usando técnicas de vigilancia masiva injustificada para responder a las amenazas para la seguridad. Pero las reacciones impulsivas no funcionan. Por el contrario, crean un entorno de represión en el que puede ganar terreno el extremismo.”
Personas refugiadas
Una consecuencia trágica de la incapacidad de la comunidad internacional para ocuparse del nuevo rostro de los conflictos es una de las crisis de refugiados más graves que el mundo ha conocido, mientras millones de personas –4 millones sólo de Siria– siguen huyendo de la violencia y la persecución.
En Colombia, cerca de 6 millones de personas han sido desplazado por el actual conflicto armado interno. Muchos tratan de reclamar sus tierras, y Amnistía Internacional está haciendo campaña en favor de que el gobierno haga más por facilitar este proceso.
“Es abominable comprobar que los esfuerzos de los países ricos para impedir la entrada de personas prevalecen sobre sus esfuerzos para preservar las vidas de las personas. La crisis de refugiados global se agravará con toda probabilidad, a menos que se tomen medidas urgentes”, ha afirmado Salil Shetty.
“Los dirigentes tienen en sus manos la posibilidad de aliviar el sufrimiento de millones de personas, asignando recursos políticos y económicos a la ayuda y protección de quienes huyen del peligro, prestando ayuda humanitaria con generosidad y reasentando a los más vulnerables.”
Llamada a la acción
“El panorama global de la situación de los derechos humanos es sombrío, pero hay soluciones. Los dirigentes mundiales deben tomar medidas inmediatas y enérgicas para evitar una inminente crisis global y acercarnos un paso más a un mundo más seguro en el que los derechos y libertades estén protegidos”, ha afirmado Salil Shetty.
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