Izan bandera de Cuba en Washington y normalizan diplomacia con EE.UU.
Quedó oficialmente reinaugurada la misión diplomática de Cuba en Estados Unidos
Cables

La Sección de Intereses norteamericana también pasó a ser una Embajada en territorio cubano. Rodríguez y Kerry destacan de constructivas las conversaciones previas.

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WASHINGTON.-Por primera vez en más de medio siglo se escucharon ayer 20 de julio del 2015 en esta capital las notas del Himno de Bayamo y se izó la bandera de la estrella solitaria para dejar oficialmente reinaugurada la embajada de Cuba en los Estados Unidos.

Los dos países, distanciados desde el 3 de enero de 1961, cuentan con embajadas plenas en sus respectivas capitales desde el primer segundo de este 20 de julio, en cumplimiento de un acuerdo entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Más de medio centenar de personas, franqueados por varias decenas de cadenas de televisión y periodistas acreditados, están presentes en la sede diplomática ubicada en la Calle 16 de Washington para asistir a un evento calificado de histórico.
En la conferencia de prensa conjunta de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, y de John Kerry, Secretario de Estado de Estados Unidos, en el Departamento de Estado, Washington, el 20 de julio de 2015, los dos funcionarios destacaron de constructivas las conversaciones previas sostenidas antes de la comparecencia ante periodistas. He aquí las declaraciones textuales:

John Kerry.—Buenas tardes a todos.

Es un gran placer para mí esta tarde dar la bienvenida al Departamento de Estado a mi colega Bruno Rodríguez, ministro de Rela­ciones Exteriores de Cuba.

Me disculpo por estar un poquito atrasados, pero hablamos muchísimo en nuestra reu­nión previa, no solamente sobre las relaciones de Cuba y Estados Unidos, sino también sobre la región, y creo que tuvimos una conversación sumamente constructiva.

Esta es la primera visita al Departamento de Estado de un Canciller de Cuba desde el año 1958.

Hoy marca también la reanudación de lazos diplomáticos entre nuestros países y la reapertura de nuestras embajadas después de una ruptura que duró 54 años. Entonces, es una fecha histórica, un día en que se quitan barreras.

Estados Unidos acoge con beneplácito el nuevo comienzo de sus relaciones con el pueblo y el gobierno de Cuba. Estamos decididos a vivir como buenos vecinos sobre la base del respeto mutuo, y queremos que todos nuestros ciudadanos en Estados Unidos y en Cuba miren hacia el futuro con esperanza. Por ello celebramos este día, el 20 de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que se ha dañado y a abrir lo que durante demasiado tiempo ha estado cerrado.

Por supuesto, este hito no significa el fin de las profundas diferencias que todavía nos separan, lo que sí refleja es la realidad, que la guerra fría finalizó hace mucho tiempo y que en interés de ambos países va a ser mejor un acercamiento diplomático que un alejamiento, y que hemos comenzado un proceso de normalización completa y que, por supuesto, va a llevar tiempo, pero que va a beneficiar a los pueblos, tanto al de Cuba como al de Estados Unidos.

Este deseo de mirar hacia delante fue lo que impulsó las conversaciones del día de hoy y lo que nos ha hecho llegar a este momento. El Ministro de Relaciones Exteriores y yo hemos abordado una gran cantidad de temas de interés mutuo: la cooperación en las fuerzas del orden, la lucha contra los estupefacientes, las redes de comunicaciones, el Internet, temas ambientales, derechos humanos y también la trata de personas, y, por supuesto, también hablamos sobre la apertura de nuestras embajadas.

Deseamos asegurarnos de que estas embajadas puedan funcionar plenamente, y estoy seguro de que nuestros diplomáticos en ambos países van a tener la libertad de viajar y conversar con los ciudadanos de todo el país. Para poder liderar ese esfuerzo, me siento sumamente contento de que tenemos un equipo de primera clase en Cuba, encabezado por el embajador DeLaurentis, Encargado de Negocios, quien es uno de los mejores y más experimentados servidores públicos.

Felicito al ministro de Relaciones Exteriores Rodríguez, por la apertura de la Embajada de Cuba aquí en Washington esta mañana.

El 14 de agosto voy a realizar mi primer viaje como Secretario de Estado a Cuba, y también voy a celebrar una ceremonia similar en nuestra Embajada en La Habana.

Pero antes de finalizar quiero agradecer a nuestros colegas de Suiza por el papel fundamental que desempeñaron durante mucho tiempo como un Estado protector que, por supuesto, terminó siendo por mucho más tiempo del que se contempló originalmente.

También deseo agradecer a nuestros amigos del continente que nos instaron, y muchas veces durante décadas, a que normalizásemos las relaciones diplomáticas y han acogido con beneplácito nuestra decisión de hacerlo.

Quiero agradecer la ayuda de nuestra subsecretaria, Roberta Jacobson y todos los representantes que han trabajado tan denodadamente y que han permitido que se celebrase este día.

También deseo reconocer el compromiso de todos aquellos que se interesaron por las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ya estuvieran de acuerdo o no. Los cambios no son fáciles, sobre todo cuando las relaciones están profundamente arraigadas, y aunque nosotros podemos y debemos aprender del pasado, nada es más fútil que tratar de vivir en el pasado.

El presidente Obama y yo creemos que podemos satisfacer las necesidades de nuestros pueblos con políticas para mejorar el futuro. Después de todo no hay nada para perder, mucho para ganar, alentando los viajes entre nuestros respectivos países, el intercambio de información de ideas, la reanudación del comercio y también la remoción de los obs­táculos que han dificultado que las familias se visitasen.

No nos equivoquemos, el proceso de la normalización plena de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba será largo y complejo, pero obviamente vamos a encontrar algunos momentos también de frustración. Se va a necesitar mucha paciencia, por lo tanto debemos comenzar ya este viaje, porque es un viaje que debíamos haber comenzado hace mucho tiempo.

Hoy, con la apertura de nuestras embajadas y la visita del Canciller, estamos dando un paso histórico en la dirección correcta. Te­nemos que seguir avanzando en ambos países y tenemos que trabajar de manera abierta y con respeto.

Deseo asegurarle a todo el mundo, incluyendo al pueblo de Cuba, que Estados Unidos va a cumplir con su parte.

Ahora es un placer para mí darle la palabra a nuestro invitado, ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.

Bruno Rodríguez.—Buenas tardes. Per­dón por haber llegado tarde.

Acabamos de sostener un encuentro respetuoso y constructivo con el Secretario de Estado, John Kerry.

Fue de especial significación izar la bandera cubana por primera vez, después de 54 años. No habríamos podido llegar a este momento, sin la sabia conducción del liderazgo histórico de la Revolución, encabezado por Fidel Castro, y sin la resistencia y autodeterminación del pueblo de Cuba y su firme convicción de seguir el camino escogido soberanamente.

Hemos llegado hasta aquí también gracias al apoyo solidario de la América Latina y el Caribe, de la inmensa mayoría de los países del mundo y de muchos estadounidenses y cubanos patriotas residentes en este país, que persistieron durante años en sus esfuerzos para que Cuba y Estados Unidos tuvieran una mejor relación.

Con el Secretario de Estado hemos intercambiado sobre los asuntos tratados por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama en su histórico encuentro en la Cumbre de las Américas en Panamá; sobre el estado actual de las relaciones y los avances que se han logrado desde los anuncios realizados el pasado 17 de diciembre, incluyendo la salida de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, donde nunca debió estar, y la ampliación de los intercambios sobre temas de interés común.

Trasladé el reconocimiento de nuestro pueblo y gobierno al presidente Obama por su decisión de trabajar por el cese del bloqueo, de instar al Congreso a eliminarlo definitivamente, y por su disposición a adoptar medidas ejecutivas que modifican la aplicación de algunos aspectos de esta política que, aunque han sido limitadas, van en la dirección positiva.

Hemos subrayado que el Presidente de Estados Unidos puede continuar usando sus prerrogativas ejecutivas para contribuir significativamente a la modificación de aspectos de la aplicación del bloqueo con vistas a su eliminación, no para buscar cambios en Cuba, que son de la exclusiva soberanía de la república de Cuba y de los cubanos, sino para atender al mejor interés de los ciudadanos estadounidenses.

Hemos insistido en que el levantamiento total del bloqueo es esencial para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales, así como la devolución del territorio ocupado ilegalmente en Guantánamo y el pleno respeto a la soberanía de Cuba, así como la compensación a nuestro pueblo por daños humanos y económicos.

Reiteramos nuestra invitación a los ciudadanos estadounidenses a ejercer su derecho de viajar a Cuba, como al resto del mundo, y a las compañías de este país a aprovechar, en igualdad de condiciones, las oportunidades que Cuba ofrece.

El Secretario de Estado y yo hemos ratificado el interés en normalizar los vínculos bilaterales, reconociendo que este será un camino complejo y largo, que demandará de la voluntad de ambas partes.

He reiterado al señor Secretario de Estado, la voluntad del gobierno cubano de avanzar en el proceso hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos sobre bases de respeto e igualdad soberana, sin menoscabo a la independencia y soberanía de Cuba y sin injerencias en nuestros asuntos internos.

Es cierto que existen diferencias profundas entre los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos, en cuanto a nuestras concepciones sobre el ejercicio de los derechos humanos por parte de todas las personas y en todo el planeta, y también en temas de derecho internacional, las cuales, inevitablemente, persistirán; pero estamos convencidos de que ambos podemos cooperar y coexistir de manera civilizada, sobre la base del respeto de estas diferencias y el desarrollo de un diálogo constructivo, orientado al bienestar de nuestros países y pueblos del continente y del mundo.

He transmitido al Secretario de Estado que será bienvenido en La Habana con motivo de la ceremonia de reapertura de la embajada de Estados Unidos. Así que le estaré esperando, señor Secretario, en cualquier momento y le agradezco su hospitalidad en Washington. Muchas gracias.





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