Hasta el mismo Cardenal Leopoldo López solicitó a los Estados Unidos evitar muerte como condena del nicaragüense Bernardo Aban Tercero de 37 años de edad, para el 26 de agosto de 2015.
Foto La Coordinadora de comunicación del Gobierno de Nicaragua, Rosario Murillo, leyó una carta del presidente Daniel Ortega, dirigida a Barack Obama, mandatario de los Estados Unidos, pidiendo clemencia por el nicaragüense Bernardo Aban Tercero, de 37 años, quién fue condenado a muerte y será ejecutado mediante inyección letal el próximo 26 de agosto del 2015.
La misiva fue entregada al Departamento de Estado, por el embajador de Nicaragua en Washington, Francisco Campbell, y Murillo afirmó que en ella se recuerda que por tratarse de un delito cometido por un menor de edad, la ejecución estaría en detrimento de la Carta Magna de los Estados Unidos, según lo establecido en los artículos 8 y 14.
Parte de lo que la portavoz Murillo leyó decía: “Al tratarse de un delito cometido por un menor sería un castigo cruel e inusual (pena de muerte)” y agregó exhortando a Barack Obama “la valoración justa de la dimensión e importancia del hecho en el cual se vio involucrado el nicaragüense”.
Iglesia Católica pide también “clemencia”
El máximo representante de la Iglesia Católica nicaragüense, el Cardenal Leopoldo López, envió una carta al Gobernador del Estado de Texas Greg Abbot, en donde solicitó “clemencia” a favor de Bernardo en nombre de nuestro Señor Jesucristo y la Virgen María Santísima.
“Me dirijo a su digna persona en este momento tan especial y doloroso en el que uno de mis hermanos en Cristo está enfrentando ante el Estado de Texas la pena capital de muerte; Bernardo Abán Tercero de nacionalidad Nicaragüense, quien fue condenado desde el año 2000 por el asesinato del ciudadano estadounidense Robert Keith Berger”, redactó Brenes a Abbot.
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En el segundo párrafo de la misiva el Cardenal Brenes, mnifestó que la carta es para “interceder y pedir CLEMENCIA” ante el Estado de Texas, para que se respete la vida de Bernardo, indulgencia que “solicito por el quinto mandato establecido en las leyes de nuestro Creador NO MATARÁS solicitándoles moderación, no pido impunidad ni que no se haga justicia, muy por el contrario que la misma brille como punto de equilibrio social, pero de manera compasiva”.
Al nicaragüense lo condenaron a muerte por haber cometido un asesinato en una lavandería. La dificultad del caso es que en ese entonces él era un menor de edad, pero la pena capital se la mantuvieron como si fuera un adulto en ese entonces.
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