La línea de ferrocarril de la enorme mina Carajás que limita con la tierra de la tribu awá introdujo invasores ilegales a su territorio.
Foto © CIMI/Survival Un polémico megaproyecto de construcción de una línea de ferrocarril transcontinental entre el Atlántico y el Pacífico ha generado indignación entre pueblos indígenas y en Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales.
El ferrocarril, que cuenta con el respaldo del Gobierno chino, atravesaría numerosos territorios indígenas y zonas de enorme biodiversidad en la selva amazónica brasileña y peruana. De llevarse a cabo su construcción, causaría estragos en las tierras y las vidas de los pueblos indígenas al abrir sus regiones a la explotación industrial y a la minería y la tala ilegales, y fomentaría la colonización de sus territorios.
Ninawá Kaxinawá, un líder indígena cuya comunidad vive cerca de un tramo de la línea ferroviaria propuesta, dijo a Survival: “Esta línea de ferrocarril es perversa y amenaza a nuestro pueblo. ¡Para nosotros los indígenas y para nuestros familiares no contactados este proyecto representa un peligro mortal que podría acabar con nuestra selva y nuestras vidas!”
Pueblos indígenas aislados, las sociedades más vulnerables del planeta, podrían enfrentarse a la devastación por la invasión de sus tierras. Poblaciones enteras corren el riesgo de ser aniquiladas por la violencia de los foráneos, y por enfermedades como la gripe y el sarampión frente a las que no tienen inmunidad.
Proyectos similares han dejado escalofriantes precedentes. En la década de los 80 la línea de ferrocarril del Proyecto Gran Carajás, de 900 km en el nordeste de la Amazonia brasileña, abrió la tierra de muchos pueblos indígenas como los awás aislados, la tribu más amenazada de la Tierra, a los madereros, ganaderos y colonos ilegales. Incontables familias fueron masacradas y otras muchas sucumbieron a enfermedades propagadas por los foráneos, y la desenfrenada tala derivó en la deforestación de más de un 30% del territorio central de los awás.
Décadas más tarde los madereros ilegales todavía ponen en jaque las vidas de los awás no contactados. En diciembre de 2014 un grupo de tres awás se vio forzado a salir de su tierra por los madereros. Dos de las mujeres contactadas se encuentran ahora gravemente enfermas.
La línea de ferrocarril transamazónica recorrería miles de kilómetros y con probabilidad causaría todavía más devastación a la selva amazónica y a sus pueblos. Mientras los estudios señalan que los pueblos indígenas y tribales son los mejores conservacionistas y guardianes de sus entornos sus tierras afrontan la agresión de proyectos de “desarrollo”.
Survival International exhorta a los gobiernos de Perú y Brasil a que cumplan las leyes nacionales e internacionales que requieren que los pueblos indígenas sean consultados adecuadamente y den su consentimiento antes de que los proyectos que les afectan puedan salir adelante. Dado que la consulta con los pueblos indígenas aislados es imposible, su tierra debe protegerse para para evitar una catástrofe.
El director de Survival International, Stephen Corry, declaró hoy: “Proyectos como este no son más que el robo de tierras indígenas y, como siempre, se llevan a cabo en nombre del ‘progreso’ y del ‘desarrollo’. Durante siglos los indígenas de las Américas han sido sacrificados en el altar de los beneficios. Muchos no sobreviven a la devastación de sus vidas y sus tierras. No nos llamemos a engaño: para los indígenas aislados esta vía ferroviaria es genocida”.
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