El copiloto se quedó al mando del avión, momento en el que usa el botón que activa el descenso acelerado del avión.
Foto Paris.- Vaya por delante que no es nada agradable leer esto, pero es tan revelador que describe a la perfección lo ocurrido en el vuelo de Germanwings durante el trayecto que acabó truncado en medio de los Alpes, estrellado por Andreas Lubitz, el copiloto del mismo.
La secuencia está reconstruida en base a las informaciones oficiales dadas por la fiscalía de Marsella encargada de revelar las grabaciones de la caja negra del Airbus A230 siniestrado con 150 personas a bordo, 50 de ellos españolas.
Antes del primer incidente, mediante el cual Lubitz bloqueó y cerró la cabina de mando, hubo una conversación normal y corriente entre piloto y copiloto (Lubitz) durante 20 minutos de vuelo, que había salido de Barcelona con destino a Dusseldorf.
Las respuestas del copiloto, aunque al principio parecían con tono muy cortés, se transformaron en cortantes cuando el piloto comenzó a informar a los pasajeros del proceso de aterrizaje planeado.
Se puede escuchar al piloto pidiendo a Lubitz que le tome el relevo, así como el sonido de una silla y el de una puerta que se cierra.
El copiloto se quedó al mando del avión, momento en el que usa el botón que activa el descenso acelerado del avión.
El copiloto no dijo una sola palabra cuando el piloto dejó la cabina: "Era un silencio absoluto".
A partir de ahí, solo se escucha la respiración de Lubitz, una respiración normal. "No era la de alguien que estuviera pasando ningún apuro o problema", aseveraba el fiscal.
Se escuchan varios gritos del piloto, suplicando poder volver a entrar.
Se identifica mediante el sistema interno de comunicación, pero no recibe respuesta. Golpea y llama a la puerta y pide que se le abra, pero sigue sin haber respuesta.
Los golpeos de la puerta se escuchan durante los últimos minutos mientras las alarmas comienzan a sonar. Finalmente, se escucha un sonido de impacto.
Los 144 pasajeros del vuelo solo se dan cuenta de lo que estaba pasando en el último momento. Se oyen gritos en la grabación, justo antes del impacto. "La muerte era inminente. Chocó contra la montaña a 700 km/h", comunicaba el fiscal.
Varias llamadas de la torre de control fueron ignoradas, incluidas las de otro avión que volaba en el mismo sector.
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