Desde el nuevo centro de monitoreo se podrá seguir la actividad del experimento CMS e interactuar con científicos del LHC en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).
Foto Un Centro Remoto de Control (CRC) ubicado en el Cinvestav de la Ciudad de México, permitirá a científicos mexicanos monitorear directamente y en tiempo real, la actividad en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), en particular, en el experimento CMS (Solenoide Compacto de Muones), que fue uno de los dos detectores donde se observó el bosón de Higgs hace un par de años.
Este nuevo centro de monitoreo busca reducir tiempos de traslados y costos de operación de los científicos mexicanos que trabajan directamente en el experimento CMS, dentro del LHC, ubicado en la frontera franco-suiza.
El CRC se ubicará en el Departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Zacatenco y contará con tres pantallas gigantes. Su operación será a través de Internet de Banda Ancha y desde allí se podrá acceder a la información generada por los cuatro experimentos (ATLAS, ALICE, CMS y LHCb).
De acuerdo con Eduard de la Cruz Burelo, investigador del Cinvestav y quien forma parte del proyecto del experimento CMS, una de las tres pantallas del CRC permitirá ver el funcionamiento de los diferentes detectores del LHC; desde ella se podrá observar cuánta energía tiene y las partículas que están colisionando.
Otro monitor permitirá observar de manera detallada y constante la operación del experimento CMS. Mientras una tercera pantalla enviará a las instalaciones del CERN imágenes de los científicos cuando estén trabajando en México.
El académico del Cinvestav explicó que el Gran Colisionador de Hadrones entrará a una nueva fase de actividad en este mes de marzo, tras dos años de “pausa”, tiempo en el que se hicieron las adecuaciones necesarias a los programas y equipos de detección. Esta labor implicó cambiar el sistema de guías del CMS para dotarlo de fibras ópticas.
El mayor reto ahora, explicó, será mantener la precisión en el registro de las colisiones que ocurran dentro del LHC, ya que paulatinamente alcanzará niveles de energía de casi el doble al pasar de 7 Teraelectronvoltios (Tevs, como sucedió durante su primera etapa) a los 13 Tevs en la segunda temporada de actividad.
Con ello aumentarán las colisiones dentro del anillo subterráneo de 27 kilómetros de diámetro -localizado en el Centro Europeo de Investigación Nuclear, a través del cual circulan haces de partículas en sentido contrario a velocidades cercanas a la de la luz (unos 300 mil kilómetros por segundo).
Así, durante esta segunda etapa de funcionamiento del LHC los equipos deberán reconocer no 300 o 400 partículas en cada choque, como sucedía originalmente, sino hasta 600 o 700, según detalló De la Cruz.
"Reconstruimos la trayectoria de las partículas al analizar las señales que dejan en el detector central de silicio del CMS. Pero cuando haya muchas más resultará muy complicado discernir el rastro de cada una", reconoció el académico del Departamento de Física.
En el diseño, construcción y operación de este detector participan desde 2006 cinco investigadores del Cinvestav: Heriberto Castilla Valdéz, Alberto Sánchez Hernández, Ricardo López Fernández, Iván Heredia de la Cruz y el propio Eduard de la Cruz Burelo.
Sin embargo, también tendrán acceso al CRC científicos mexicanos de otras instituciones del país que además de seguir estudiando al bosón de Higgs podrán explorar otros fenómenos de la física como los quarks, la posible existencia de dimensiones extra en el universo o la intrigante materia oscura.
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