La Casa Blanca asegura que es difícil expresar una opinión sobre cómo esta revelación afectarán las relaciones con Venezuela mientras no se confirmen las identidades de los dos implicados. El mandatario Nicolás Maduro está en una complicada situación en estos momentos.
Foto Los dos sobrinos de la esposa de Nicolás Maduro que fueron arrestados el martes en Haití, planeaban vender 800 kilógramos de cocaína en Nueva York, según fuentes cercanas a la investigación.
Los dos acusados fueron presentados ayer jueves ante una corte federal de Manhattan donde se les presentó un solo cargo por conspirar para importar cocaína a Estados Unidos.
Por su parte la Casa Blanca dijo que resulta muy difícil opinar sobre si esta denuncia afectará las relaciones con Venezuela más aún si no se ha confirmado las identidades de los implicados.
"Lo único que puedo decir es que el departamento de Justicia toma muy seriamente la responsabilidad que ellos tienen para hacer cumplir las leyes estadounidenses y están dispuestos a trabajar con las autoridades de países en todo el hemisferio para implementarlas", opinó el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest.
De acuerdo a la acusación, los dos hombres —Francisco Flores de Freites, de 30 años, sobrino de la primera dama, y Efraín Antonio Campos Flores, de 29, quien creció en el hogar Maduro-Flores— contactaron un informante de la DEA en Honduras y discutieron transportar los narcóticos a través de ese país.
Luego se reunieron con el informante en Venezuela y dieron un kilogramo de cocaína como prueba de la calidad que querían vender.
Al menos una de esas reuniones fue grabada en video y audio.
Según el periódico The New York Times, la operación fue realizada por la Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado de Nueva York, que está compuesta de agentes de la DEA, del Departamento de Seguridad Nacional, la Policía de Nueva York, el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y la oficina de impuestos internos de EE.UU.
Las autoridades estadounidenses han sospechado desde hace tiempo el involucramiento de funcionarios de alto nivel del gobierno de Venezuela en el narcotráfico.
De acuerdo a reportes de prensa nunca confirmados oficialmente, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabellos, es uno de los sospechosos de narcotráfico, algo que Cabello y el gobierno de Maduro, desmienten.
El año pasado, un exministro de Defensa y exjefe del aparato de inteligencia venezolano, Hugo Carvajal, fue arrestado en Aruba a pedido de las autoridades estadounidenses, acusado de estar en la nómina de sobornos de narcotraficantes colombianos. Carvajal nunca fue entregado a Estados Unidos para enfrentar los cargos, y pudo regresar a Venezuela.
La semana pasada, el secretario de Estado adjunto para Asuntos de Narcóticos y Cumplimiento de la Ley, William Brownfield, dijo al diario colombiano El Tiempo que más de la mitad de la droga producida en Colombia pasa por Venezuela, porque “por alguna razón esa ruta es la más económica y eficiente” para los narcotraficantes.
Nicolasito Maduro, hijo del presidente, y Walter Jacob Gavidia Flores, otro hijo de Cilia Flores, la primera dama venezolana, también han sido mencionados por testigos que han asegurado que ambos traficaban droga en aviones de la petrolera estatal, PDVSA.
Ningún funcionario venezolano ha ofrecido declaraciones sobre las detenciones de los sobrinos de Maduro, aunque el presidente colocó en un tuit una denuncia vaga que habla sobre "emboscadas imperiales".
Maduro y la primera dama se encuentran en Ginebra luego de asistir a una cumbre de países sudamericanos y árabes en Arabia Saudita.
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