La CEPAL estima que en 19 países de América Latina, en 2014 existían 167 millones de personas en situación de pobreza (28% del total de la población).
Foto Archivo Un nuevo estudio del organismo regional destaca la importancia de generar empleos productivos y decentes, ya que los ingresos laborales representan en promedio 80% del total de los hogares en la región.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) lanzó un llamado para la realización de esfuerzos que sirvan para abatir la pobreza y reducir la desigualdad, cuando existe un contexto de desaceleración económica en la región latinoamericana. El informe se titula: “Desarrollo social inclusivo: una nueva generación de políticas para superar la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe”. Será dado a conocer oficialmente por el organismo regional de las Naciones Unidas y analizado por autoridades y especialistas de la región, durante la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe, que inició ayer y finaliza mañana 4 de noviembre en Lima, Perú.
La CEPAL considera que en América Latina y el Caribe se logró en el último decenio avances notables en diversas áreas del desarrollo social, entre ellos, una significativa reducción de la pobreza y una moderada caída de la desigualdad como resultado de políticas sociales y de mercado de trabajo implementadas en un escenario económico favorable, que permitió que los objetivos relacionados con la inclusión social ganaran un espacio inédito en la agenda pública y en las estrategias de desarrollo.
Reconoce que aún queda mucho camino por recorrer, destaca la CEPAL, en el cual se considera que en la actual coyuntura económica se vaticinan dificultades para recuperar las tasas de crecimiento registradas en años anteriores y mantener el nivel del gasto público en algunos países.
La reducción de la pobreza se ha estancado desde 2012 y la indigencia muestra una leve tendencia al alza. Además, América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del mundo en términos de distribución del ingreso. Según las últimas estimaciones del organismo regional para 19 países de América Latina, en 2014 existían 167 millones de personas en situación de pobreza (28% del total de la población), de los cuales 71 millones (12% del total de la población) se encontraban en la indigencia.
Además, datos de 2013 indican que solo la mitad de la población de América Latina y el Caribe (49,1%) se encuentra fuera de las situaciones de indigencia, pobreza o vulnerabilidad a la pobreza. Los niños y niñas, las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y las poblaciones afrodescendientes son quienes más sufren situaciones de discriminación, carencia, privación de derechos o vulnerabilidad en la región, indica la CEPAL.
Según información recogida en encuestas de hogares de ocho países de América Latina en 2011, 7% de la población no indígena ni afrodescendiente es indigente o altamente vulnerable a la indigencia, porcentaje que se eleva a 11% en el caso de la población afrodescendiente y a 18% de los pueblos indígenas. De igual forma, mientras el 62% de la población no indígena ni afrodescendiente era considerado no vulnerable, esa cifra baja a 56% en el caso de la población afrodescendiente y a solo 33% en el de los pueblos indígenas.
En la misma línea, en la región las mujeres constituyen aproximadamente el 51% de la población total, pero solo acceden al 38% de la masa de ingresos monetarios que generan y perciben las personas, correspondiendo el otro 62% a los hombres.
“Entre los ámbitos de la sociedad que producen, exacerban o mitigan desigualdades, el más decisivo es el mundo del trabajo. Ahí se genera la mayor parte del ingreso de los hogares en América Latina y el Caribe, así como las desigualdades inherentes a su distribución”, explica el organismo en el documento.
Según cálculos realizados por la CEPAL con datos de 17 países de América Latina alrededor de 2013, los ingresos laborales representan en promedio 80% del ingreso total de los hogares; 74% del ingreso total de los hogares en situación de pobreza; y 64% en los hogares en situación de indigencia. La Comisión también estima que 18,9% del total de personas ocupadas recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza en América Latina y el Caribe.
De acuerdo con el estudio, estas cifras demuestran que un alto porcentaje de personas en situación de pobreza e indigencia en la región está inserto en el mercado de trabajo; no obstante, los ingresos que obtienen de esta fuente son insuficientes para satisfacer sus necesidades. De ahí la importancia del acceso a un empleo productivo y de calidad y al trabajo decente.
En este marco, resulta crucial redoblar los esfuerzos para fortalecer y mejorar las políticas sociales, en particular, las estrategias de reducción de la pobreza y la extrema pobreza, asegurando su sostenibilidad financiera y dotándolas de herramientas que garanticen su eficacia y efectividad, indica la CEPAL.
De esta forma, el organismo llamó trabajar en las tres dimensiones del desarrollo sostenible: la económica, social y ambiental.
“Reducir sustantivamente la desigualdad es condición indispensable para reducir la pobreza. Lo social no se juega solo en lo social, sino que también en la economía, en la política y en el medioambiente. Tampoco la diversificación productiva y el cambio estructural se deciden solo en el campo económico: el desarrollo social inclusivo y la mejora de las condiciones de vida de la población son un requisito necesario para asegurar la prosperidad económica”, señala la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en el prólogo del documento.
Aunque la región cumplió la meta establecida en el primero de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la indigencia en 2015 (comparado con los niveles de 1990), la CEPAL insiste en que es indispensable realizar esfuerzos significativos para cumplir los recién adoptados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el primero que plantea erradicar la extrema pobreza en todas sus formas en 2030.
Además de ofrecer un diagnóstico de los avances recientes y los desafíos que persisten en materia de pobreza y desigualdad, el nuevo informe de la CEPAL analiza la institucionalidad a cargo de las políticas sociales y plantea orientaciones de política en diversos ámbitos clave para el desarrollo inclusivo.
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