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BRASÍLIA.- La Cámara de Diputados aprobó en la noche de este domingo (17) la apertura de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff (PT).
En seis horas de votación, fueron 367 votos a favor del juicio político y 137 en contra. Las ausencias y las abstenciones sumaron nueve votos.
La derrota en la Cámara de Diputados no significa la suspensión inmediata de la presidenta. La decisión de los diputados tiene que ser ahora confirmada por mayoría simple en la Cámara de Senadores. Se estima que esto podría suceder hacia comienzos de mayo.
Rousseff, con la imagen en baja debido a la crisis económica que afecta a Brasil y por el escándalo de corrupción en Petrobras, se une -con la decisión de los diputados de este domingo- a Fernando Collor (PTC) como los mandatarios que tuvieron sus pedidos de juicio político aprobados por la Cámara baja desde la vuelta de la democracia a Brasil.
Collor, actualmente senador por el estado de Alagoas, terminó por renunciar antes del juicio.
A partir de la publicación del resultado, el Senado tendrá dos días para formar una comisión especial para analizar la admisibilidad del caso. La tendencia actual es que los senadores también aprueben la apertura del proceso.
De acuerdo con un sondeo de Folha, el pedido de juicio político cuenta entre los senadores con 47 votos a favor, de los 41 que son necesarios.
Si el pedido es aprobado en la Cámara de Senadores, Rousseff será suspendida por 180 días y juzgada por el plenario de la Cámara, en una sesión comandada por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski,
Durante el juicio, asumirá entonces la presidencia de Brasil el vicepresidente Michel Temer (PMDB).
En São Paulo, la manifestación a favor del impeachment reunió a 250.000 personas en la avenida Paulista, de acuerdo con Datafolha. Al acto en contra de la salida de Rousseff, que se realizó en el Vale do Anhangabaú, fueron 42.000 personas.
Refundar gobierno o llamar a elecciones
La presidenta está siendo aconsejada para evaluar dos caminos posibles el día posterior a la votación: refundar su gobierno, y que todos sus ministros presenten la renuncia, o convocar a nuevas elecciones para que el pueblo brasileño elija presidente y vicepresidente, de acuerdo con lo que Folha anticipó este lunes (11).
Ministros y asesores del gobierno defienden las dos propuestas ya que, incluso ganando, las condiciones de gobernabilidad de la presidenta Rousseff serán muy complicadas y frágiles.
En la primera hipótesis, todos los ministros presentarían su renuncia el mismo lunes (18), para que Rousseff pueda reconquistar credibilidad frente a los mercados, empresarios, trabajadores y el Congreso Nacional.
Ministros ya le presentaron la idea a la propia presidenta, que debería apoyarla para hacer un proceso de "refundación" del gobierno, con cambios, de ser posible, en el área económica. "En caso de ganar, la presidenta precisa de un shock de credibilidad", dijo un interlocutor de Rousseff.
La otra corriente dentro del gobierno considera que el mejor camino sería que la presidenta, dentro de su propuesta de pacto, convoque a nuevas elecciones presidenciales. En este caso, tendría que contar con el aval del vicepresidente Michel Temer (PMDB).
Temer, reconocen asesores, no debería aceptar la propuesta de inmediato, pero la mención de la idea podría colocarlo a la defensiva y verse presionado a aceptarla por movimientos sociales y empresariales como la mejor salida ante la actual crisis del país.
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