Carta abierta a Rubén Darío
En Nicaragua hemos corrido tanto contigo
Por Víctor Boitano Coleman

Rubén Darío, cuando vestía de diplomático.

Foto Reproducción
Maestro con motivo del centenario de su muerte, el mundo junto a nosotros en Nicaragua, admiradores de tu legado como padre del modernismo, te recordamos. Y vivimos junto a ti glorias, cisnes, musas, princesas, rosas, recorremos inmortales aquellas cosas suyas poeta que tanto a usted le gustaban; ¡jardines y fuentes!

Las generaciones de ayer, presente y futuro, vamos tras su huella, levantando vuelo bajo el inmenso azul celeste, navegando sobre tierra, mar y aire, guiado por tu resplandeciente estrella allá en el firmamento. Viendo querido maestro Rubén, como andarás por ahí, en el cielo que tú pintaste más que nadie de «Azul», celebrando hoy tu centenario entre millares de alegres compatriotas, enalteciendo a nuestro amado escritor, periodista y diplomático, y sobre todo poeta, volvemos a recordar estos sus poemas, versos y prosas, tan grande, tan querido, tan admirado, tan aclamado, a este y al otro lado del Atlántico.

Cantaste a la Vida y la Esperanza, escrito a escrito, poema a poema, verso a verso, prosa, a prosa y sorbo a sorbo, y hasta los indiferentes,…Juan Ramón y otros del aquí y allá, te tuvieron tanto aprecio, tan caro aprecio, pero tan caro aprecio por toda su obra maestro.

*Coronel retirado

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