A pesar de esta deferencia, EEUU mantiene a Cuba en la lista de “observación especial”.
Foto El Gobierno de los Estados Unidos informó que Cuba está fuera de su lista negra relacionada al tráfico de personas, una medida que durante el último año le ha provocado fuertes críticas de parte del Congreso, pero que Washington aclara que tomó esta decisión por considerar que La Habana está haciendo “esfuerzos significativos” para luchar contra esa plaga.
La isla perteneció en la lista negra desde al menos 2003, fue sacada de ahí el año pasado de esa categoría y ubicada en otra, llamada de “observación especial”, a través del informe anual sobre el tráfico de personas que realiza el Departamento de Estado.
Los congresistas norteamericanos lanzaron críticas directas al Departamento de Estado, con el afán de normalizar las relaciones bilaterales con la isla, y de esta manera evitar calificar a la isla en una lista que sufra de sanciones, que entorpezcan la normalización de las relaciones.
En la nueva edición del informe anual, se publicó ayer y relativa a 2015, el Departamento de Estado mantuvo a Cuba dentro de esa categoría de “observación especial” junto con otros países como Bolivia, Costa Rica, China, Arabia Saudí, Tailandia y Ucrania.
“El Gobierno de Cuba no cumple completamente con los estándares mínimos para la eliminación del tráfico de personas; sin embargo, está haciendo esfuerzos significativos para hacerlo”, indica el informe publicado este 30 de junio.
“Pese a esas medidas, el Gobierno no demostró, en general, un aumento en sus esfuerzos contra el tráfico de personas en comparación con el anterior periodo (el año 2014), por lo que Cuba vuelve a estar en la categoría de observación especial por segundo año consecutivo”, agrega.
Según Estados Unidos, Cuba “es un país de origen y destino de adultos y niños sujetos al tráfico sexual y los trabajos forzados”, y el Gobierno cubano “ha reconocido indirectamente la presencia de víctimas extranjeras de tráfico de personas” en la isla.
Además, “algunos participantes en las misiones médicas en el extranjero y otras fuentes aseguran que los funcionarios cubanos fuerzan o coaccionan a la participación en el programa, pero el
Gobierno y algunos participantes dicen que el programa es voluntario y está bien pagado en comparación con los empleos en Cuba”.
El Gobierno cubano también “usa a algunos estudiantes de instituto en áreas rurales para recolectar cosechas y no les paga por su trabajo, pero asegura que ese trabajo no se hace bajo coacción”, sostiene el informe.
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