Gobierno salvadoreño pondrá fuerte sanciones a integrantes de pandillas.
Foto Alrededor de 400 soldados, que son integrantes de la reserva de la Fuerza Armada, se movilizó ayer martes en la capital salvadoreña para lograr la recuperación de las zonas del asedio de las pandillas, que extorsionan y realizan otros crímenes.
Con uniformes camuflados, fusiles de asalto estadounidenses M-16 o AR-15, los soldados arribaron en vehículos blindados artillados y camiones del Ejército a la plaza Gerardo Barrios, dentro del corazón de la capital, donde están desde la madrugada.
"Nosotros tenemos como misión recuperar todos aquellos espacios que están siendo asediados por la criminalidad de las pandillas", dijo uno de los oficiales que dirige a los reservistas, quien solicitó el anonimato.
"Es una misión de mucho riesgo, con peligros, pero la vamos a cumplir con honor", indicó el oficial, mientras se ubicaba una boina verde y entregaba indicaciones a sus subalternos para que se formen en la plaza, frente a la mirada de observadores curiosos.
Los 400 militares vienen a ser parte de un grupo de 1.000 reservistas del Ejército que serán puestos en las calles entre junio y julio para respaldar las labores de seguridad pública a la Policía.
Los militares se desplegarán en 29 sectores de la capital que han sido identificados de alta peligrosidad por la mantenida incidencia de pandillas que extorsionan a pequeños comercios y arriban a asesinar a quienes no les pagan.
"Queremos que esta situación se componga, no se camina tranquilo, pero con estos muchachos (los soldados) no se juega, estos sí le van a entrar con ganas a esos mareros (pandilleros), ya mucho joden, hay que pararlos como sea", dijo Javier Ramos, un albañil de 57 años que miro en la plaza para observar un vehículo militar usando una ametralladora.
Según la Policía, San Salvador tiene una fuerte presencia de pandillas, que marcan sus territorios con grafitis en paredes de edificios. Las autoridades las responsabilizan de la mayoría de los crímenes violentos en el país.
Según cifras de la Policía, durante los primeros cinco meses del año se han registrado 2.721 muertes violentas, superior a los 2.188 asesinatos de igual período de 2015.
Las pandillas tienen en El Salvador unos 70.000 miembros, de los cuales unos 13.000 están encarcelados.
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