Foto Ayer durante la vela del connotado dirigente sindical y fundador del Partido Socialista Nicaragüense, PSN, Domingo Sánchez Salgado conocido en el mundo político como “Chagüitillo”, se recordó el ejemplo de honestidad y de constancia del finado dirigente obrero y campesino que se atrevió junto con otros compañeros sindicalistas del país en los años 44, pese a los peligros y represión de la dictadura de Somoza, formar el primer partido identificado con la ideología Socialista de Carlos Marx, Federico Engels y el ruso Vladimir Uliánov Lenin.
Organizó marcha campesina desde Matagalpa al IAN de Managua
En la vela estaba su hijo y editorialista del diario La Prensa, Luis Sánchez Sancho, ex diputado y analista político, quien recordó la gran incidencia en plática informal, con este periodista que escribe estas líneas, sobre la influencia que tenía su padre entre los campesinos . Entre las anécdotas está la marcha campesina que realizó Domingo Sánchez Salgado desde Matagalpa hasta las oficinas del Instituto Agrario de Nicaragua, IAN, en 1966, en la cual exigía mejores derechos y justa distribución de la tierra entre los campesinos y cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores del campo y la ciudad. El IAN era dirigido por Rodolfo Mejía Ubilla.
Concentraciones obreras tambalearon a Somoza y Schick
El finado líder Domingo Sánchez Salgado, “Chagüitillo”, organizaba junto a otros líderes sindicales de la época, las grandes concentraciones obreras y campesinas en la Casa del Obrero, hoy sede la Central Sandinista de Trabajadores, CST, los primeros de mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Esas protestas estremecían los cimientos de la dictadura de Somoza que en una ocasión en 1965, se tambaleó por la huelga de los transportistas, taxistas , pobladores y estudiantes cuando se subió el precio de la gasolina. La plaza de República y la Avenida Roosevelt en Managua antes del terremoto, se recordó que fueron escenarios de enfrentamientos violentos con la Guardia Nacional, un 23 de julio de ese año 1965 . En esa fecha se conmemoraba un aniversario del asesinato del estudiante Julio Óscar Romero y la masacre estudiantil en León de cuatros estudiantes en el año 1959. Gobernaba en ese tiempo el doctor René Schick Gutiérrez y el jefe de la Guardia Nacional era Anastasio Somoza Debayle. Su hermano Luis era el presidente del Congreso Nacional.
Primer congreso obrero-campesino-estudiantil en la UNAN-Managua en 71
En todas esas protestas participaba Domingo Sánchez Salgado, “Chagüitillo”. En una ocasión durante el Congreso Obrero y Campesino- Estudiantil en el auditorio “12” de la UNAN-Managua en el año 1971, “Chagüitillo”, tuvo que abandonar esa actividad que se desarrollaba después de largas horas porque no se llegó a ningún acuerdo entre los obreros, campesinos y estudiantes en asuntos de coincidencia por la búsqueda de derechos sindicales y políticos afectados por el somocismo. Ya se hablaba en ese tiempo de la salida pacífica o violenta para sacar a Somoza del poder. Domingo Sánchez Salgado, “Chagüitillo”, abogaba siempre por la salida cívica y pacífica y por un inmenso movimiento de masas que derrocara a la dictadura que no fue comprendido en ese momento. El planteaba la concientización de los trabajadores en sus derechos para que después se pudieran buscar otras vías . Abogaba por la solución pacífica de los conflictos sociales y la obtención de derechos laborales para los trabajadores de la ciudad y del campo. Por eso proponía la alianza política con todos los sectores sociales para la derrota de la dictadura de Somoza tal como lo hizo cuando su Partido, el Partido Socialista Nicaragüense, PSN, participó al lado del doctor Pedro J. Chamorro Cardenal y el disidente liberal, Ramiro Sacasa Guerrero en la Unión Democrática de Liberación, UDEL en el año 1974. Las anécdotas son largas y amplísimas del impulsor de las ideas socialistas, Domingo Sánchez Salgado, “Chagüitillo” quien deja un ejemplo de honestidad y constancia. Siempre abogó por el diálogo y la negociación en los momentos difíciles a pesar de las grandes diferencias de sus oponentes. Paz a sus restos.
A continuación ponemos a disposición del público lector del Diario LA JORNADA en www.lajornadanet.com un artículo del Director del Instituto Martin Luther King de la UPOLI, Denis Torrez Pérez, cuando se le concedió a Domingo Sánchez Salgado, “Chagüitillo”, la Orden de la Paz y se refería a la personalidad del dirigente sindical en estos términos:
Semblanza de don Domingo “Chagüitillo”
Denis Torres Pérez
En ocasión de la entrega de la Orden de la Paz Martin Luther King a Domingo Sánchez Salgado “Chagüitillo”, en la Upoli (2005), figura legendaria en nuestra historia socio-política contemporánea, se dio lectura a la siguiente semblanza elaborada por el Instituto “Martin Luther King”, que hoy compartimos con ustedes:
Es sumamente difícil en poco más de una página reflejar la semblanza de una figura legendaria como don Domingo Sánchez Salgado “Chagüitillo”, patriarca del movimiento obrero nicaragüense.
Pues una vida tan rica, intensa, ejemplar, encarnada plenamente en más de cincuenta años de nuestra historia contemporánea, es casi imposible sintetizarla en unas pocas líneas.
El movimiento obrero nicaragüense a diferencia del sudamericano, que adquiere, por el carácter de sus respectivas formaciones sociales, protagonismo histórico ya entrada la segunda mitad del siglo XIX, en Nicaragua ese protagonismo solo será evidente ya entrada la primera mitad del siglo XX. De allí que la vida de “Chagüitillo” como forjador, inspirador y dirigente del movimiento obrero nicaragüense, desde los albores de la Segunda Guerra Mundial se empalme con la lucha de los trabajadores nicaragüenses del campo y la ciudad, por sus reivindicaciones históricas más sentidas: salarios justos, jornada de ocho horas, reforma agraria para los campesinos, vacaciones proporcionales, décimo tercer mes, pago del séptimo día, seguro social, convenios colectivos, libertad sindical, derechos políticos, entre otros.
Estas luchas se desarrollaron en las condiciones más adversas para los trabajadores, es decir, a la voracidad, explotación, insensibilidad y agresividad de los patrones se sumaba la opresión y represión de una férrea y sangrienta dictadura como lo fue la dinastía somocista.
Es precisamente en ese contexto en que adquiere estatura histórica la contribución de Domingo Sánchez Salgado, en la lucha de los trabajadores nicaragüenses. Se trataba de organizar a los trabajadores sindicalmente, de unirlos en estructuras más complejas y de envergaduras nacional, de capacitarlos en el conocimiento de sus derechos, intereses y reivindicaciones, de entrenarlos y disponerlos en formas de lucha propias de la clase obrera, aprovechando los mínimos resquicios legales que se conquistaban a la dictadura y a los patrones, implementando la huelga, la movilización, el diálogo, la negociación, las propuestas constructivas para alcanzar nuevos espacios y logros inmediatos y también estratégicos.
Conquistas históricas como el Código del Trabajo, aún cuando se promulgó bajo el régimen del fundador de la dictadura somocista, en abril del año 1945 y en plena vigencia de dicho instrumento legal de los trabajadores, solo alcanzó verdadera legitimidad luego de 15 largos años de luchas obreras hasta alcanzar la Primera Suscripción de un Convenio Colectivo en el año 1960. De igual manera, la creación del Instituto Agrario Nicaragüense y la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria, con todas las limitaciones que comportaban dichas instituciones, fueron precedidas por una historia de organización, capacitación y lucha del campesinado por el derecho a la tierra, derecho que muchas veces se conquistaba como derecho inmediato y parcial a los patrones latifundistas a costa de brutales represiones al campesinado.
También condujo las luchas de los pobladores urbanos por una reforma urbana que a través de la Gran Liga Nacional de Inquilinato, promovieron hasta su promulgación, la primera Ley de Inquilinato que rebajó los precios en 50 por ciento y protegió a los inquilinos de la arbitrariedad de los casa tenientes; la legislación para construir viviendas populares que devino en la creación del INVI, entre otros.
Alguien ha sintetizado la labor de don Domingo en la historia del movimiento obrero en tres niveles:
1. Educar a los trabajadores para organizarse y luchar.
2. Educar a los patrones en el sentido de la obligación de cumplir con sus deberes en relación a las prestaciones sociales, y
3. Educar al Estado para hacer cumplir las leyes.
En el inventario de la vida de don Domingo, está el haber sido un tiempo el mentor ideólogo de un joven que, en el desarrollo ulterior de los acontecimientos, forjaría una revolución que cambiaría radicalmente la historia del país, este fue Carlos Fonseca, que aún siendo estudiante en León, en sus vacaciones volvía a Matagalpa y de la mano de don Domingo, participaba ya sea levantando actas del sindicato o en la capacitación y organización sindical campesina y con quien después, ya siendo jefe guerrillero, se encontraban en la clandestinidad y sostenían largas conversaciones.
Si bien, ninguna de las conquistas de los trabajadores que hoy disfrutamos fueron alcanzadas sin cuotas de sacrificio, no existe en nuestra historia antecedentes del ensañamiento del régimen Somocista en contra de un dirigente obrero como es el caso de “Chagüitillo”. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa, más de cien carceleadas y detenciones fueron entre otros, el costo de una vida que había echado su suerte al lado del pueblo trabajador por un futuro mejor, pero los ideales de justicia, paz y libertad, ni los procesos sociales no se acallan ni se detienen con la cárcel y la represión, es el caso de don Domingo Sánchez Salgado “Chagüitillo”, ejemplo de héroe cívico para las nuevas generaciones.
El autor es director del Instituto “Martin Luther King” de la UPOLI.
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