Comisión Interamericana de Derechos Humanos dejaría de existir
Organismo se está quedando sin fondos
Redacción Central

El presidente de la CIDH, James Cavallaro, no dudo en anunciar el riesgo de cierre parcial de importante oficina de la OEA.

Foto Archivo
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lanzó la advertencia ayer lunes que tendrá que suspender visitas y audiencias a la región, esto se debe a una crisis financiera “extrema” dentro del organismo, por la que hizo el anuncio además que perderá parte de su personal.

“La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) atraviesa una crisis financiera extrema que tendrá graves consecuencias en su capacidad para cumplir con su mandato y funciones básicas”, afirmó el ente a través de un comunicado.

“Nuestro trabajo está en riesgo en función de la situación financiera”, afirmó en abril el presidente de la CIDH, James Cavallaro.

El profundo problema financiero de la Comisión, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), vendría a ser un peligro del 40 por ciento de su personal, cuyos contratos finalizan a finales de julio, sin recursos para ser renovados.

El organismo que defiende los derechos humanos en el hemisferio estará a su vez suspendiendo las visitas a las naciones previstas para este año, al igual que los periodos de audiencias de julio y octubre, cuando los comisionados hacen oído a los representantes de los países y víctimas u organizaciones civiles con respecto al estado de los derechos humanos en la región.

La “alarmante” y “catastrófica” situación estará provocando aún más el retraso procesal de los casos de abusos de derechos humanos que revisa el organismo, que llamó a los 34 países miembros de la OEA, países observadores y organizaciones “a realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición” para evitar dicha situación.

La CIDH tiene sus ingresos en parte de sus recursos a través de la OEA, que le entrega el 6 por ciento de su presupuesto: unos 4.8 millones de dólares en 2015 para un organismo que exige seis veces esa cantidad, según un plan preparado a través de la secretaría ejecutiva.

Otras fuentes son de donaciones, pero se ha disminuido: la Unión Europea desvió el año pasado al menos dos millones de dólares de la Comisión a otras iniciativas, a medida que ha podido atender otras crisis más próximas como la situación de los refugiados o el conflicto en Siria.

Ciertas naciones latinoamericanas entregaron fondos adicionales, pero solo llegaron a los 214,000 dólares.





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