El 16 y 17 de Diciembre se realiza la primera cumbre de integración de América Latina y el Caribe.  A ella deben asistir jefes de Estado y de gobierno de los 33 países que están al sur de EEUU.

La reunión es muy ambiciosa pues trata de iniciarse como una cita del Mercosur (Mercado Común del Surque une a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y en el cual ha entrado Venezuela y pide hacerlo Bolivia) y también de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur), la cual comprende a éstos 6 países y a otros seis más de dicho subcontinente.  Luego se hará una cumbre mayor donde participe también México, Cuba, los 8 países del Sistema de Integración Centro Americano (SICA) y los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom).  El evento se da junto a una cumbre social paralela.

La cita es histórica pues en ella no participa EEUU o Canadá o alguna potencia europea. Además allí si estará Cuba representada por Raúl Castro quien está haciendo su primer viaje a una cumbre internacional desde que está en la presidencia.

El cónclave quisiera sentar las bases para ir hacia un bloque regional que una a todos los países en desarrollo y al margen de cualquier potencia de la OTAN. Brasil, el país más grande en tamaño y población, es el anfitrión, el organizador y el que apunta a ser el líder de lo que ahora se llama CALC (Cumbre o Comunidad de América Latina y el Caribe).

Antiguas colonias americanas que no hablan una lengua íbera ya han empezado a asociarse en bloques con su entorno hispano o lusófono. Belice es parte del SICA y Guyana y Surinam lo son de UNASUR. Dominica es parte de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) junto con Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Honduras.

El ALBA presiona para una mayor independencia ante EEUU y sus miembros, al igual que Ecuador, buscan acercarse a Rusia, China, Irán y a otras potencias para contrapesar la influencia de Washington.

Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, la República Dominicana y otros países de la zona tienen gobiernos que se reclaman de alguna variante de la izquierda y éstos tratan de mantener una buena relación con EEUU  pero buscando nuevos espacios. Esto, en tanto que México, El Salvador o Colombia tienen las administraciones que han estado más cercanas a Bush.

La idea de que la CALC pueda convertirse en un bloque tipo la Unión Europea es algo que no es factible, dado que sus distintos componentes pueden tener más comercio con el hemisferio norte que entre ellos mismos y a que sus economías apuntan en distintas direcciones (unos hacia hacer Tratados de Libre Comercio con EEUU o el norte y otros hacia más acuerdos comerciales regionales).

 A pesar de que la mayoría de la región habla una lengua similar (pues el castellano y el portugués se pueden entender entre ambos y los países que hablan inglés u holandés son poblacionalmente pocos) y que hay medio milenio de historia y tradiciones conjuntas, lo que traba una integración es el atraso y la dependencia económicos.

Ya de por si es de esperar que el núcleo de todo el proyecto (el Mercosur) pueda a no llegar a acuerdos sobre la doble tributación de productos provenientes de mercados externos o que Uruguay vete al presidente argentino para que presida cualquier organismo integrador debido al diferendo por la producción industrial en el río que les separa.

La Comunidad Andina de Naciones (CAN)  se encuentra más desgajada que nunca. Tras la salida de Venezuela Perú y Colombia apuntan hacia el libre comercio con EEUU, cosa que condena Ecuador y Bolivia. 

Ecuador no solo tiene relaciones rotas con Colombia sino choques con Brasil.

El más favorecido con la cumbre es el dueño de casa. Lula se encuentra en su tope de popularidad interna y dicha alianza le permite proyectarse como aspirante a potencia mundial y a miembro permanente del consejo de seguridad de Naciones Unidas.

La diplomacia brasilera se basa en tratar de ser un puente entre los gobiernos más izquierdistas y los más derechistas de la región, así como entre el mundo hispano y los pequeños países de lenguas germánicas.

Esta cumbre se da mientras Bush se despide de la presidencia en una gira hacia Iraq y Afganistán, donde acabó recibiendo un zapatazo que no le cayó a su cara pero que evidenció la fragilidad de su respaldo y de su seguridad en el país que juró liberar.

En cierta manera la integración de América Latina y el Caribe es una obra de Bush. No tanto como efecto positivo de su gestión sino porque ésta fue debilitando a EEUU en su ‘patio trasero’ y animando a que la izquierda y los nacionalistas vayan desplazando a los gobiernos pro-consenso de Washington que dominaban al sur de EEUU.

La cumbre no logrará grandes obras pero generará cimientos a lo que puede ser un largo proceso de creación de un bloque latino-caribeño. Esta se da antes de que Obama llegue a la Casa Blanca desde la cual él tratará de revertir el creciente aislamiento de su potencia en la región y buscará reasumir su influencia allí con políticas de menor confrontación.

La cumbre y los más 50 millones de latinos y caribeños que viven fuera de su región

Esta 1’ cumbre finaliza en el día del inmigrante. Una anterior cita del Mercosur fustigó la política inmigratoria de la Unión Europea. Esta nueva cita debería tratar el problema  de más de 50 millones de inmigrantes de América Latina y el Caribe que se encuentran en EEUU y Canadá, Europa, Japón y el viejo mundo.

Con la actual crisis ellos se ven afectados. Por una parte los negocios más débiles son los suyos pues muchos de sus compradores son inmigrantes con pocos recursos o que ahora la ley se pone más estricta en otorgarles derecho para trabajar o residir en esos países. También la mano de obra latino-caribeña se verá afectada por el creciente desempleo, baja de salarios reales y mayores restricciones a sus derechos legales.

Todo esto, a su vez, afecta a las remesas, que, en el caso de muchos países, particularmente de América Central y el Caribe,  representa un alto porcentaje de sus divisas.

La cumbre debería volver a pronunciarse contra la directiva del retorno y forzar a la UE a cambiar. Igualmente debe pedirle a Obama que cumpla con su promesa electoral de darle amnistía a muchos indocumentados y recordarle que si él está en la Casa Blanca es porque 8 millones de latinos en EEUU fueron a votar por él y lograron que él ganase en Estados vacilantes.

Los inmigrantes latinos y caribeños suman más que cualquiera de los 33 países que irán a la cumbre salvo Brasil y México, y su economía es comparable con la de éstos. Ellos allí no están representados, cosa que podría subsanarse.

En Londres esta es la oportunidad que tenemos para hacerle recordar a nuestras autoridades que esta no es sola la mayor urbe europea sino la mayor ciudad latina y caribeña del viejo mundo. En esta metrópolis hay entre uno y dos millones de personas con sangre caribeña o latina, incluyendo varios parlamentarios o la presidenta de la Asamblea de Londres (Jeannette Arnold, nacida en Monserrate, isla a pocos kilómetros de Puerto Rico).

Ojalá llegue un día en el cual las comunidades de habla española y portuguesa y los caribeños de UK podamos vertebrar una fuerza capaz de hacerse sentir a nivel nacional y también de lograr que en nuestros países de origen se nos escuche.

Muchos tainos y caribeños de UK quisieran que la cumbre de nuestros mandatarios se acuerden de ellos y que se pronuncien para que se de la regularización de los inmigrantes, se evite la destrucción de centros comerciales latinos en Seven Sisters y Elephant, se haga justicia para el caso Menezes (quien viene del país que es la sede la cumbre y a quien las cortes ingleses aún no encuentran culpable para su muerte) y sean respetados y reconocidos.