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ACTUALIZADO: 14 DE MARZO DE 2008
 
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Detrás de la crisis Colombia-Venezuela-Ecuador

 
 

Hay muchas parejas que cuando se enfadan se dicen de todo para luego re-amistarse en la cama. Sin embargo, en la conducción de Estados eso es algo más peligroso de hacer. La crisis norandina de la primera semana de Marzo pasará a la historia como la que casi produce el peor conflicto del hemisferio en lo que va del milenio y también la que se disipó más rápidamente.

POR isaac bigio Texto más grande Texto más pequeño Texto más grande

A diferencia de Europa, África y Asia América Latina es una región que no ha visto en todo el Siglo XX ningún conflicto que involucre directamente a más de dos Estados. Tampoco en su suelo se ha librado alguna escaramuza en las guerras mundiales o hay alguna bomba atómica.

Sin embargo, todo ese pudo cambiar en la primera semana de Marzo cuando Ecuador, Venezuela y Nicaragua rompieron relaciones con Colombia y cuando las dos primeras movilizaron a sus tropas a su frontera contra Colombia. No obstante, esta crisis, a su vez, quedará estampada en la historia como una de la más rápida esfumación.

La incursión en Ecuador
A los primeros minutos de iniciarse la primera madrugada de este Marzo tropas colombianas dispararon a un campamento de las FARC que estaba en territorio ecuatoriano.  En esa acción murió el portavoz internacional de dicha guerrilla, “Rafael Reyes”, y más de una veintena de sus camaradas.

Esto desencadenó una furiosa respuesta por parte de Quito quien denunció que Bogotá incursionó en un área de entre 3 y 10 kilómetros dentro de su país. Esta y Caracas retiraron sus embajadas de Bogotá y echaron a sus diplomáticos colombianos, a la par que destacaron batallones suyos. Managua luego también rompió relaciones con Bogotá.

Se desató una fuerte guerra de insultos de parte de todos sus mandatarios. Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega acusaron a Álvaro Uribe de ser ‘genocida’, ‘mentiroso’, ‘militarista’, ‘títere del imperio’, ‘masacrador’, ‘paramilitar’ o ‘violador de la soberanía nacional’. Chávez advirtió que su país recortaría el fluido comercio con Colombia o que nacionalizaría las empresas de los nacionales de dicha república en su país.

El presidente colombiano, a su vez, retrucó que su homólogo ecuatoriano había ganado las elecciones de su país con dinero de las FARC (a la cual seguían protegiendo), que Venezuela refugiaba al jefe de las FARC en su territorio y que sometería a Chávez a la corte penal internacional bajo acusaciones de cómplice con el ‘terrorismo genocida’.

Esta agresión verbal, que devino en ruptura de relaciones y en movilización de efectivos, acabó con un arreglo en la XX Cumbre del Grupo de Río el viernes 7 en Santo Domingo. Allí se vio al presidente de Colombia estrechando las manos de los de Venezuela, Nicaragua y Ecuador.

La posibilidad de ir a una guerra es algo que siempre descartamos pues Colombia tiene una amplia superioridad (dos a cuatro veces más uniformados que sus dos vecinos tricolores juntos y es el número uno en la región en helicópteros y en experiencia de combate). Mientras Bogotá no está interesada en una guerra externa (tiene que resolver su interna), Caracas y Quito no tienen la capacidad ni la voluntad de librar una guerra externa, la misma que, a su vez, bien pudo haberse salido de las manos a todos desencadenando el afloramiento de nuevos movimientos revolucionarios urbanos o rurales o de nuevos grupos para-militares.

A dicho cónclave habían ido todos los mandatarios o gobiernos de América Latina (menos Cuba) más Guyana y un representante rotativo de la Comunidad del Caribe. Cristina Kirchner, presidente argentina, había fustigado a algunos de los hombres partícipes en dicha trifulca como más histéricos que su género, sostuvo que las fuerzas ilegales deberían ser combatidas con la legalidad y que América Latina debería mantenerse como una zona libre de prácticas unilaterales.
Uribe aceptó haber incursionado en territorio contiguo, pidió disculpas a Ecuador y prometió que no volvería a hacer ello. Todo eso quedó estampado en una resolución final (ver anexo).

El 6 de Marzo se aprobó una resolución unánime en la OEA que no satisfizo a Ecuador y Venezuela debido a que no condenaba la injerencia colombiana. El hecho que esta reunión exclusivamente latinoamericana haya zanjado con el asunto ha hecho que muchos ahora planteen transformar al Grupo de Río en una nueva Organización de Estados Latino Americanos, la misma que cumpliría un rol distinto pues solamente integraría a la región. Esta “OELA” sería diferente de la OEA pues no estaría EEUU y Canadá o la de la Comunidad Iberoamericana pues no estaría España y Portugal.

Tras la declaración de Santo Domingo Managua y Caracas restablecieron relaciones. Chávez retiró varios de sus efectivos de su frontera occidental y Uribe ya no presentará su demanda ante la corte penal internacional.

Temas pendientes
Sin embargo, queda pendiente el asunto de las FARC, los rehenes y la paz interna colombiana y el hecho que Uribe ha denunciado haber encontrado discos duros que comprueban lazos de las FARC con Caracas y Quito, que el jefe de las FARC se entrevistaba con el gobierno ecuatoriano o recibía dinero de Venezuela. Mientras Correa ha dicho que propondrá una comisión donde la oposición ecuatoriana investigue esos cargos, Uribe querrá seguir valiéndose de esos ‘descubrimientos’ para ‘desbaratar planes internacionales’ para financiar a las FARC.

Para Bogotá no solo Caracas y Quito financian a las FARC sino que Irán negocia para entregar materiales para hacerles llegar una bomba radioactiva. Por su parte, las izquierdas denuncian que EEUU e Israel hicieron el operativo atacando al campamento de las FARC incursionando también desde dentro de territorio ecuatoriano o que el asunto de los discos duros suena tan falso como las pruebas de armas de destrucción masivas que tanto los servicios de inteligencia de Londres y Washington aseveraron que tenía Bagdad antes de ser invadido.

Lo acontecido en el norte andino muestra que el conflicto armado colombiano es el primero de origen guerrillero y guevarista que logra tanta repercusión a nivel externo. Bien pudo haber sido causa de la primera guerra de más de tres Estados suramericanos desde el conflicto de los 1870s entre Chile, Perú y Bolivia.

La internacionalización del conflicto colombiano es atribuida a Chávez. Muchos sostienen que antes de él ningún gobierno de la zona coqueteaba con las FARC y que desde que él se va ‘izquierdizando’ va dándole una dimensión más internacional a las FARC, las mismas que se han extendido con el triunfo de Correa y la llegada de antiguos guerrilleros al poder (como Daniel Ortega en Nicaragua o Álvaro García en Bolivia). Sin embargo, el propio Chávez acusa a EEUU y a Colombia de haber enviado paras y golpistas para deponerlo o asesinarlo. 

Lo cierto es que el asunto FARC viene mostrando algo que no se veía en América Latina en mucho tiempo: una tendencia hacia ‘medio-orientalizar’ la región. Esto implica no solo a que Israel o Irán se inmiscuyan sino a que haya Estados vecinos que mutuamente se acusen de patrocinar fuerzas subversivas dispuestas a alterar violentamente el orden constitucional vigente.

En la cumbre de Santo Domingo Chávez reiteró a Uribe su pedido para que permita un canje humanitario que permita iniciar la resolución del conflicto colombiano.

A fin de cuenta este Grupo creado en 1986 tiene sus raíces en el grupo que se reunió en la isla panameña de Contadora de 1983 y luego que se amplió en Lima en 1985 y cuyo objetivo era abrir la puerta para un diálogo entre las guerrillas y los gobiernos centroamericanos. Dicho proceso acabó logrando que el sandinismo se niegue a optar por la vía cubana y acepte una democracia de mercado en la cual últimamente éste perdería el poder, y también para que las insurgencia de El Salvador y Guatemala abandonaran los rifles para abrazar la democracia multi-partidaria y la economía de libre empresa.

¿Quién ganó?        
 Apenas culminó la cumbre Fidel Castro escribió que el gran perdedor de ésta fue el ‘imperialismo’. Este argumento es repetido por el chavismo quien insiste en que se logró ir hacia una paz sin que medie EEUU y en base a las disculpas colombianas.

La crisis de marzo ha mostrado el aislamiento regional de Uribe pues hasta gobiernos importantes de la zona como México, Brasil, Argentina o Perú fueron enfáticos en cuestionar la agresión a Ecuador. Esta situación contrasta con la que tuvo Fujimori en 1992 cuando apresó al jefe de Sendero Luminoso. Entonces las repúblicas del hemisferio (incluyendo Cuba) le expresaron su simpatía (pese a que Fujimori venía de hacer un auto-golpe).

Es obvio que en la mayor parte de los gobiernos de América Latina hay la visión que es mejor ir hacia una solución a la centroamericana y no a la peruana del conflicto colombiano. Esta percepción se da por que los medios diplomáticos latinos creen que las FARC no son Sendero, pues están dispuestas a dialogar, a hacer canjes o a insertarse en la democracia multi-partidaria.
A pesar que muchos clamarán que fueron derrotadas las tesis unilateralistas, guerreristas o pro-Bush, lo cierto es que Uribe ha logrado muchos avances.

Uribe no está interesado en una guerra externa por lo que aceptar la verdad (haber incursionado en un país vecino) es algo que le ha permitido evitar un escalonamiento diplomático.

Sin embargo, esta crisis le ha fortalecido mucho a Uribe a nivel interno. Desde hace algún tiempo su popularidad interna crece (llegando a tener hasta 80% de aprobación en algunas encuestas) y él logró capitalizar mucho apoyo social con la gran marcha internacional anti-FARC del 4 de Marzo. En esta última él incluso logró dividir a su oposición de izquierda pues el Polo se dividió entre quienes siguieron al alcalde bogotano para marchar en ésta y quienes se opusieron a  ello.

Uribe ha logrado lo que ningún otro presidente colombiano había logrado. Nunca el Estado colombiano mató  uno de los siete secretarios de las FARC. En una semana su gobierno mostró el cadáver de Raúl Reyes y la mano del asesinado Iván Ríos (quien fue traicionado por uno de sus allegados quien cobró recompensa por ello).

Uribe quiere aparecer como un héroe interno que desafía al entorno geográfico y que salva a su país del ‘terrorismo’ y de una guerra. Hoy varios de sus partidarios vienen pidiendo firmas para que él vaya a una segunda re-elección.

Al mismo tiempo, sus bonos en EEUU han subido y él calcula que ello le facilitará conseguir un TLC con la mega-potencia y también seguir recibiendo o ampliando los fondos anti-drogas y anti-guerrillas que de ella recibe.

A pesar de lo que diga Castro, Bush ha conseguido ciertos progresos en la región. Si bien él es resistido en la región y muchos gobernantes latinoamericanos les han cuestionado indirectamente, él sabe que las FARC son el principal ‘grupo terrorista’ de Occidente y que ésta, gracias a la ayuda que Washington brinda a Bogotá, ha logrado dar los peores golpes que esta organización ha recibido en su historia.

La cuestión de los discos duros y el haberse mostrado Chávez tan cercano a las FARC serán usado por EEUU para querer contrarrestar el avance ‘bolivariano’. 

La situación de las FARC
La oposición colombiana ha quedado en una situación difícil. Por una parte la marcha anti-crímenes del estado del 6 de Marzo no tuvo la contundencia de la que el gobierno promovió un mes atrás contra las FARC. De otro lado ésta se escinde entre apoyar al Estado en reprimir o condenar a las FARC y buscar un rumbo independiente.

En cuanto a las FARC ésta san perdido a dos de sus siete principales jefes (y posiblemente ‘Tirofijo’ haya perdido a una de sus hijas)  mientras que se nota que hay un giro en la opinión popular contra éstas. Por otra parte, las FARC pueden haber logrado ampliar su imagen internacional presentándose como víctimas que un agresor que mataba a quien estaba negociando la liberación de Ingrid Betancourt. También han visto que el presidente de Nicaragua les ha calificado como ‘compañeros’ o que el de Venezuela hizo un minuto de silencio ante la muerte de Reyes.

No obstante, las FARC están en una encrucijada. No pueden tomar el poder. Tienen menos de 20,000 combatientes y sus adversarios poseen casi 400,000 hombres muy bien armados y, lo más importante, cuentan con aval en la población. Las FARC, que inicialmente despertaron solidaridad en muchas capas promoviendo reformas agrarias o medidas sociales,  han ido perdiendo apoyo con sus secuestros y vinculaciones con la coca.

A la postre Tirofijo sabe que no le queda más alternativa que negociar, aunque él no quiere hacerlo en condiciones de derrota (cosa que tampoco quiere Chávez). Algunos sectores de la guerrilla pueda que sean hostiles a dejar el monte (allí han creado un estilo de vida) aunque otros podrían darse cuenta que el camino guerrillero no da mayores resultados y busquen entroncarse en los sindicatos para revitalizarse.

Cuando Uribe atacó al campamento de Reyes muchos se preocuparon por el destino de la Betancourt, aunque él calculó que la mejor manera de negociar para la liberación de los 700 cautivos de las FARC era irla minando, aunque ello fuese dilatando el proceso.

La situación de Chávez
En cuanto a Chávez él ha aparecido como un caudillo continental que mostrará a su pueblo su capacidad de orquestar un aislamiento internacional contra su vecino a quien se le obligó a retractarse.

Sin embargo, él no pasa por su mejor momento interno. Mientras Uribe quiere aprovechar la crisis para intentar su segunda re-elección, Chávez perdió el referendo que le posibilitaría intentar ello.

De otro lado dentro de su movimiento se muestran fisuras. En las elecciones internas del nuevo Partido Socialista Unificado de Venezuela del domingo, en las mismas que el chavismo afirma que hubo una amplia participación, votaron menos de cien mil personas.

El PSUV solo ha logrado incorporar al principal grupo chavista (el Movimiento Quinta República) mientras que su segundo pilar (el partido Podemos) se opuso a su proyecto de re-elección y otros partidos pro-Chávez (como el comunista y Patria para Topos) no han querido disolverse en éste.

Mientras el diputado chavista Luis Tascón denuncia que se le ha expulsado del partido por denunciar a Diosdano Cabello como el poder después de Chávez y líder de la ‘derecha endógena’, la ‘izquierda anti-capitalista’ ataca al gobierno por haber despedido de la petrolera estatal (PDVSA) a Orlando Chirino, uno de los coordinadores de la Unión Nacional de Trabajadores.

Al igual como ocurre en las crisis del Medio Oriente cada enfrentamiento externo es usado por los caudillos de una respectiva nación para buscar aparecer como paradigma de la defensa de la soberanía. Chávez se ha valido de este incidente y ahora querrá aparecer como el hombre que anda con la madre de la Betancourt pidiendo a las FARC que liberen a su hija, para mostrar su capacidad de gran pacificador.

Ortega ha logrado golpear a Bogotá buscando ganar en su disputa por las islas de San Andrés y Providencia (las mismas que los sandinistas reclaman como que EEUU se las arrebató para dárselas a Colombia) pero que son un departamento con casi 60,000 habitantes de dicha república.

Tanto Uribe como Chávez son los únicos presidentes de las Américas que han sido o han quieren ser re-electos más de una vez y también los exponentes de los dos modelos contrapuestos de democracia multi-partidaria (uno el liberal y pro-EEUU y el otro uno nacionalizante y anti-EEUU).

Los dos querrán valerse del conflicto para consolidarse internamente. Si bien Uribe puede haber quedado aislado en su región a nivel interno puede que esté terminando más fortalecido o más popular que su vecino llanero.

Un dato poco conocido en América Latina es que cuando se resolvía el conflicto norandino el saliente ministro principal de Irlanda del Norte Ian Paisley declaraba que él logró aplastar a los republicanos haciendo que se desarmen e integren a su gobierno. El ha sido el viejo jefe de la derecha protestante del Ulster y su sendero es, posiblemente, el que quiera seguir Uribe.

A pesar que se ha dicho que la muerte del segundo de las FARC paralizaría las negociaciones o la entrega de rehenes, lo cierto es que esta guerrilla, en vez de haber respondido atacando a algún funcionario o ente del gobierno, ha sido quien recibió otro castigo (el asesinato de Ríos).

Las FARC no han optado por la retaliación. Chávez les solicita que entreguen a la Betancourt con lo cual su imagen mejoraría, pero Tirofijo cree que de hacer ello se quedaría sin mucho poder de trueque.

Si el Grupo de Río tiene sus raíces en haber conducido gradualmente a que los Estados e insurgentes centroamericanos lleguen a ponerse de acuerdo, este organismo apunta a asegurar que las FARC y el ELN tengan una vía para re-insertarse en el sistema colombiano, aunque Uribe y muchos otros mandatarios quisieran que lo haga esto en situación de retroceso y crisis.

 
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