En Ecuador se debate una ley de comunicaciones, que muchos sectores sociales, privados y políticos, consideran que atenta contra principios elementales de la libertad de expresión. Porqué crear una ley para controlar a los medios de comunicación, cual es la parte de la información que quieren callar, o cuáles son las verdaderas intenciones a tales acciones anti-democráticas.
Los tres países que han aprobado recientemente leyes para controlar las acciones de la prensa, Argentina, Venezuela y Ecuador aun en debate, tienen entre sí, principios elementales de acciones coordinadas.
En Argentina se creó esta ley, más para callar las denuncias de corrupción en contra de los esposos Kirchner, hechas por el diario “El Clarín”, por supuestamente haber aumentado su patrimonio personal entre los años 2007 y 2008, de 17 millones a 46 millones de pesos. Luego de estas denuncias el diario “El Clarín” fue brutalmente asaltado por unos 200 inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en un acto sin precedentes desde que Argentina regreso de la dictadura a la democracia.
En Venezuela el caso fue más frontal, se creó una ley mordaza que llevó al cierre directo de cientos de medios de comunicación de todo tipo, con el único despropósito de consumar los afanes dictatoriales del neurótico-chiflado de Miraflores. Las violaciones a la libertad de expresión en Venezuela, han llegado a superar las perpetradas por los dictadores como Marco Pérez Jiménez, y Anastasio Somoza en Nicaragua. Sin embargo ni la OEA, UNASUR, Grupo de Rio, Parlamento Andino, ONU, se han referido de forma clara y directa a estas violaciones sistemáticas a la libertad de opinión y pensamiento.
En Ecuador todavía estamos a tiempo para rectificar, encuestas recientes muestran el gran descontento popular, con las acciones de la Asamblea Nacional. Resulta sumamente cuestionable que quién presunto esta ley en la Asamblea es nada menos que Rolando Panchana, periodista de muchos años en los medios privados de comunicación del Ecuador. Mucha gente se pregunta por qué tanto odio hacia los medios de parte de Panchana, acaso lo trataron tan mal, acaso le impedían decir las verdades que el periodista consideraba que debía comunicar, No, Rolando Panchana gozo de libertad para decir siempre lo que quiso y de la forma que quiso decirlo. Pero no perderemos más tiempo tratando de analizar al señor Panchana, él debe tener suficientes preocupaciones por cómo la gente lo mira en las calles y se expresan de él las pocas veces que mencionan su nombre.
Nuestros Asambleístas están a tiempo para rectificar esta ley absurda, no porque los medios de comunicación sean buenos, sino porque lo que ellos están haciendo es malo. La gente tiene derecho a escoger la forma y los medios por los cuales quieren enterarse de los graves problemas que afectan el país.
Lo que está sucediendo en Ecuador, y que ya se consumó en Argentina y Venezuela, puede convertirse en un “efecto dominó”, y como una gran bola de nieve, arrasar con todas las democracias latinoamericanas. Solo recuerden sus autores, que su empleo de Asambleísta es temporal, y mañana deberán caminar por las calles de las provincias que los eligieron, y tal vez con suerte o no, hacer noticia con sus acciones, que deberán ser reflejadas por la prensa para ser conocidas por el público.
Desmientan con acciones, las supuestas mentiras de la prensa, y seguro el publico los respaldaran, pero mañana si esta ley es aprobada, todos, absolutamente todos, tendremos serias dudas tanto de la calidad de las fuentes como de la credibilidad de las informaciones que los medios publiquen, y eso si sería como darle un martillazo en la cabeza a una democracia como la ecuatoriana, débil, anémica pero llena de esperanzas.
Estoy seguro que no faltarán los que echen al tacho de la basura estas observaciones, esa es la primera regla de toda democracia, la diversidad de criterios. Debemos aprender a aceptarnos como personas que pensamos diferentes, pero que somos iguales en el amor a la patria.
La legitimidad del gobierno del señor presidente Rafael Correa, esta mas que garantizada por su contundente triunfo en las urnas, él no necesita esta ley para gobernarnos, pues tiene el poder que le dimos en las urnas, y ese es un poder que está y estará siempre por encima de cualquiera de los poderes faticos que se interpongan en su camino. Entonces si nada queremos ocultar, si nada queremos que NO se sepa, por que limitar las garantías que la propia constitución nos da, en cuanto al ejercicio de nuestros derechos inalienables.
Que viva siempre la libertad de expresión. Dios, Patria y Libertad.