Todas las despedidas son tristes, sobre todo cuando están cargadas de buenos sentimientos. Eduardo Maruri como bien apunta Alfonzo Hard es un mártir en ese volcán de pasiones llamado Barcelona. Maruri le consiguió a Barcelona todo lo que esta gran institución guayaquileña necesito y mucho más de lo que necesitaba.
La suerte es una loca enamorada que se apasiona con lo imposible. Lo cierto es que Maruri no fracaso en Barcelona, pues los resultados no cambiaron el escenario de los últimos años antes de su presidencia, sino mas bien dejo una institución con un poderoso orgullo de pertenencia y con sueños y anhelos de victorias y conquistas.
Como ignorante que soy del Futbol, no quiero remembrar los errores ni los aciertos de Eduardo Maruri, pero si decirle al amigo, que lo felicito sinceramente por todo el tiempo brindado, a pesar de los resultados, los insultos y las malos amigos, tú Eduardo siempre mantuviste la frente en alto, y siempre soñaste con el trofeo dorado y la celebración que nunca vino. Sabia decisión has tomado, que ojala te permita encausarte por el camino que juntos recorrimos en el año 2007, y del cual nunca debiste desviarte.
Saludos amigo, ánimos que las luces recién comienzan a encenderse.