El presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, instó a Turquía y Armenia a resolver de manera “pacífica, honesta y constructiva” el conflicto que ambos países mantienen por las matanzas de armenios en el Imperio Otomano en 1915. Obama, que en 2008 expresó su convencimiento de que los turcos llevaron a cabo matanzas sistemáticas de armenios, indicó en un discurso ante el Parlamento turco que “ha habido muchos comentarios sobre mis opiniones, pero lo que realmente importa es cómo los pueblos turco y armenio hacen frente al pasado”.
En octubre de 2009, Turquía y Armenia firmaron dos protocolos que prevén el establecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de su frontera común, pero no pueden entrar en vigencia antes de la ratificación por los respectivos parlamentos.
Pero tras la firma de dichos documentos prosiguieron los desacuerdos, sobre todo en lo referido a las matanzas y deportaciones de armenios en los últimos años del imperio otomano, de 1915 a 1917, que Ereván (Capital Armenia) califica de genocidio, término rechazado por Ankara (Capital de Turquía).
Si el acuerdo entra en vigencia, daría a Turquía mayor influencia en el sur del Cáucaso, un importante corredor para el tránsito de petróleo y gas hacia Occidente. La insistencia en Ereván para que Turquía reconozca como genocidio las matanzas de armenios durante la Primera Guerra Mundial también retrasó las negociaciones de paz, al igual que una disputa de larga data entre el aliado turco Azerbaiyán y Armenia por el disputado enclave de Nagorno-Karabakh. Turquía cortó relaciones y cerró su frontera con Armenia en 1993, en apoyo a Azerbaiyán, país de habla turca.
Según la presidenta Hilda Choboyan, la Federación de Armenios de Europa condiciona la normalización de las relaciones con Turquía al reconocimiento por Ankara del genocidio de los armenios en el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial y la consiguiente indemnización de los daños al pueblo armenio. La exterminación de los armenios muchos la recuerdan porque fue el prototipo de todos los genocidios consecutivos del siglo XX.
Armenia, siendo una ex república soviética, es un Estado unitario, multipartidista y democrático que hunde sus raíces en una de las más antiguas civilizaciones del mundo.
Dotada de un rico patrimonio cultural, destaca por ser la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial en los primeros años del siglo IV (la fecha tradicional es 301). Aunque Armenia es un estado constitucional secular, la fe cristiana desempeña un papel importante en su historia y en la identidad del pueblo armenio.
Por su cultura, su historia y su política, Armenia es considerada parte de Europa. Sin embargo, su localización en el Cáucaso meridional la sitúa en la frontera arbitraria entre Europa y Asia: se trata de una nación transcontinental. Estas clasificaciones son arbitrarias, no habiendo diferencia geográfica definible entre Asia y Europa.
Después de su independencia crearon un proyecto de estado armenio a costa del Imperio Otomano, el que fue derrotado en la Primera Guerra Mundial, según el Tratado de Sèvres firmado por Turquía y algunos de los aliados de la Primera Guerra Mundial, el 10 de agosto de 1920 que dejó la delimitación de la frontera en manos del Presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson. El tratado final, sin embargo, no fue firmado por los Estados Unidos, y aunque aceptado por el Imperio Otomano, fue rechazado por el Partido Nacionalista Turco cuyo líder era Mustafa Kemal, esto dio lugar a una nueva guerra.
Los turcos vencieron a los armenios y a los griegos, obligando a los aliados a volver a la mesa de negociaciones antes de la ratificación del Tratado. Las partes firmaron y ratificaron el Tratado de Lausana en 1923, anulando el Tratado de Sèvres, y estableció las actuales fronteras de Turquía. El Tratado de Lausana y artículos relacionados no han sido reconocidos por el actual gobierno de la República de Armenia.
En esa época se consideró incluso la posibilidad de convertir Armenia en un protectorado bajo tutela de los Estados Unidos. Sin embargo, el tratado fue rechazado por el movimiento nacional turco, y nunca entró en efecto. El movimiento comandado por Mustafa Kemal recibió el apelativo de Ataturk, (padre de los turcos), utilizó el tratado como la ocasión para declararse el gobierno legítimo de Turquía y sustituyó la monarquía con capital en Estambul por una república con la suya en Ankara.
Armenia actualmente mantiene buenas relaciones con casi todos los países del mundo, exceptuando a sus dos importantes vecinos inmediatos, Azerbaiyán y Turquía. Las tensiones crecieron con fuerza entre armenios y azerbaiyanos durante los últimos años de la Unión Soviética.
Turquía tiene un largo historial de malas relaciones con Armenia sobre todo por su negativa a reconocer el genocidio armenio de 1915. La excusa para que Turquía cerrara su frontera con Armenia en 1993, fue el conflicto de Karabaj.
Como consecuencias de las desfavorables relaciones entre sus dos vecinos, Armenia mantiene estrechos vínculos de seguridad con Rusia. A petición del gobierno de Armenia, Rusia mantiene una base militar en el noroeste de la ciudad en Gyumri como elemento de disuasión contra Turquía.
Armenia es miembro del Consejo de Europa, mantiene relaciones de amistad con la Unión Europea (UE), en especial con los Estados miembros, Francia y Grecia, ya que una encuesta en 2005 informó que el 64% de la población de Armenia se manifestó a favor de la adhesión a la UE y varios funcionarios armenios han expresado el deseo de que algún día su país llegue a convertirse en estado miembro, prediciendo que pronto se haría una oferta oficial de ingreso.
Diplomático, jurista y politólogo