LONDRES. Laura Chinchilla será la primera presidenta tica. Ella ganó ampliamente las elecciones de Costa Rica con casi el 47% de los votos válidos.
Mucho se habla de que Costa Rica ya entró así al club de los países americanos que han sido o son gobernados por mujeres y que incluye a Chile, Argentina, Bolivia, Panamá, Nicaragua y Jamaica. Paradójicamente solo Argentina ha tenido dos mandatarias (mientras que los demás solo han tenido una) y los 3 países más poblados del hemisferio (EEUU, Brasil y México) solo han sido regidos por varones.
Sin embargo, las feministas o los “progresistas” no han de estar tan contentos con ella. Chinchilla condena las uniones sexuales gays, el aborto, la píldora del día siguiente y la separación entre la iglesia y el Estado. Esto puede hacer que algunos la tilden como una versión latina y católica del conservadurismo social anglo-protestante que encarna Sarah Palin.
A pesar de ser miembro de la Internacional Socialista, Chinchilla y Arias representan al sector de la socialdemocracia que más promueve las privatizaciones, el libre mercado y la alianza con EEUU.
Su elección debe estar creando malestar dentro del ALBA y la izquierda latinoamericana. Si la primera década del siglo XXI vio la emergencia de nuevos gobiernos ‘progresistas’ en el hemisferio, algo diferente ocurre el filo del inicio de la nueva década. Los 4 países que recientemente han electo nuevos mandatarios en la región (Panamá, Honduras, Chile y Costa Rica) han escogido a gente que está a la derecha de sus antecesores (como en los 3 primeros casos) o que mantiene el mismo rumbo pro-EEUU.
Costa Rica es el país más influido por la socialdemocracia en América Latina. Sin embargo, el peso del ala derecha de ésta ha crecido en detrimento del de la izquierda. En las presidenciales pasadas (2006) el líder del ala pro-TLC de la socialdemocracia (Arias) casi empató en el 40% al ala anti-TLC de ésta (Solís). Esta vez Chinchilla, quien entonces fue su candidata vicepresidencial, se acercó al 50% mientras que Solís perdió la mitad de su electorado (bajó al 25%) y la fuerza que más creció fue la de los “libertarios” que piden dolarización plena (21%).
Obama se valdrá de la elección de Chinchilla y de que sus tropas han logrado ser aceptadas para ocupar Haití para buscar a la readmisión de Honduras en la OEA, y para aislar al ALBA (presionando para que El Salvador no entre a este bloque pro-Chávez).