Guillermo Fariñas, nació en Santa Clara de Cuba, 3 de enero de 1962, es un psicólogo y periodista cubano, y uno de los disidentes cubanos más conocidos, al haber protagonizado hasta veintitrés huelgas de hambre en protestas contra el gobierno de Fidel Castro primero, y posteriormente de Raúl Castro, durante cuyos respectivos mandatos ha sido encarcelado tres veces, cumpliendo un total de 11 años en prisión. Entre el 24 de febrero y el 8 de julio de 2010 mantuvo una huelga de hambre como medida de protesta por la muerte, también a causa de una huelga de hambre, de Orlando Zapata, y para pedir la liberación de veintiséis presos políticos enfermos, según sus propias palabras.
Fue director de la agencia de noticias Cubanacán Press. Es hijo de dos revolucionarios; su padre llegó a combatir junto al Che Guevara en la Crisis del Congo de 1965. Apodado "el Coco", Guillermo Fariñas fue en su juventud un defensor de la Revolución cubana. Fue cadete militar, llevando a cabo su formación en Tambov (antigua URSS), aunque no llegó a completarla, y participó en el contingente cubano que combatió en la Guerra de la Independencia de Angola (donde recibió diversas heridas en el pecho y la espalda), además de formar parte del cuerpo militar que protegió la embajada de Perú en 1980, en los incidentes que culminaron en el éxodo del Mariel, pero debió abandonar las fuerzas armadas por enfermedad, y en 1988 se licenció como psicólogo. Perteneció a la Unión de Jóvenes Comunistas, pero en 1989 se desvinculó de la organización como protesta por el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, acusado de narcotráfico.
Guillermo Fariñas en un ejemplo de perseverancia y entrega absoluta por los demás, su causa es la causa de todo un pueblo que lucha por su libertad y reivindicaciones. Su lucha y su pasión deben merecer el respeto del mundo libre, y por eso mi apoyo, para que este héroe de tantos, sea promovido para el premio Nobel de la Paz. La lucha por la libertad en Cuba ha traído consigo, un sinnúmero de muertos, pero también una casta de héroes que han dado hasta su vida por defenderla.
Los ojos del mundo están puestos encima de la evolución médica de Fariñas, quien ha sido acusado de terrorista por los carniceros que aun gobiernan la isla. Terrorista por defender la libertad, terrorista por ofrecer su propia vida para salvar a 26 compañeros disidentes que se encuentran enfermos y pudriéndose en las cárceles de su país, terrorista por protestar cívicamente contra un régimen criminal, despótico, abusador, cuyo líder Raúl Castro, tiene la doble moral de ejercer todo tipo de arbitrariedades en contra de los Homosexuales en la isla, cuando su propia hija que es lesbiana lidera esta resistencia, y cuando al propio Raúl, le son conocidos sus amoríos, con dos oficiales del ejército cubano asignados para custodiar una de sus propiedades en las afueras de Santiago de Cuba. Un escondido homosexual que persigue con el martillo por puro resentimiento a su “propia clase”, es peor que cualquier rata que se alimente de la carne podrida en las carroñas nocturnas.