El gobierno del presidente Álvaro Uribe, acaba de denunciar al mundo, que en Venezuela se encuentran, algunos de los principales jefes terroristas de las FARC, quienes han encontrado en territorio venezolano un verdadero santuario de impunidad, sociabilidad y acogimiento.
La denuncia es en extremo delicada, por el precedente estadístico que convierte a Venezuela en el mayor exportador de drogas del mundo. La reciente visita de la Secretaria de Estado Norteamericana por varios países de Suramérica, y muy en especial la isla de Barbados, que ha sido bombardeada los últimos años por aviones venezolanos cargados de drogas, que usan las islas del Caribe para transportar su carga ilícita y desde allí llevarla a los Estados Unidos, es una muestra de la preocupación que existe en el gobierno norteamericano por el creciente tráfico de drogas en territorio venezolano, bajo el amparo y protección de las autoridad de Miraflores.
La respuesta venezolana a las denuncias del presidente de Colombia, es como siempre, de complicidad, ni siquiera se tomaron la molestia, de investigar las coordenadas que les dieron las autoridades colombianas, sino que desmintieron la denuncia en una actitud cobarde y complaciente con las FARC, retirando nuevamente a su embajador de Bogotá.
La posibilidad de un conflicto armado en el cono sur del continente parece inminente, Colombia se prepara en secreto para la guerra, que contaría con el apoyo incondicional de los Estados Unidos, incluso de Brasil. El brazo de Chávez ya no tiene la extensión de años atrás, cuando la abundancia de los petrodólares, le permitió, penetrar la política de varios países del continente. Hoy el repudio anti Chávez se ha convertido en doctrina en muchos países y grupos políticos que en otros años lo miraban como un nuevo Che Guevara o un Fidel Castro del siglo XXI.
La presencia masiva de la armada de Estados Unidos en el Caribe, quienes han desplegado decenas de barcos tanto interceptores como de combate, entre el arco de Barbados, en las Antillas Menores, subiendo hasta las Antillas Mayores, pasando por Haití, Puerto Rico y Republica Dominicana, llegando hasta Las Bahamas, con el único propósito de bloquear el creciente tráfico de drogas desde el territorio Venezolano.
(*)Analista y Consultor Político/info@cespedesconsultores.com