La Biblia la considero como una fuente divina, llena de inspiración, que enriquece la mente y fortalece el espíritu. Al aprender a respetar y obedecer sus mandamientos básicos, como amar a Dios sobre todas las cosas, no robar, no matar y amar a tu prójimo como a ti mismo, se conceptúan valores morales y éticos que son primordiales para formar a una persona útil y digna para la sociedad.

Aun, cuando, en los senderos de la vida he pecado, pero debido al conocimiento de esos mandamientos básicos, tuve la oportunidad de redimirme y evitar caer en faltas tan graves como el asesinato, el robo y el ateismo.

La obligación moral de enseñar principios sólidos espirituales recae en los lideres de la familia, principalmente, en los padres, sin embargo, debido a las separaciones familiares motivadas por el divorcio, la emigración y la muerte natural o violenta, esta obligación recae en familiares como son los abuelos, tíos, padrastros, hermanos mayores, amigos y hasta desconocidos.

A raíz de esa realidad en sociedades de países pobres como en Centroamérica, la obligación profesional y vocacional, se multiplica exponencialmente para los lideres espirituales de las diversas iglesias cristianas que predican la palabra divina de Dios como fuente permanente de salvación y formación integral.

Pero, ¿Qué mas se puede hacer cuando el liderazgo familiar y espiritual de una sociedad ha fallado en su obligación y responsabilidad de crear personas de bien?, ¿Debe entonces el estado tomar facultades que no le corresponden y que a la vez, son anti constitucionales, como hacer la lectura bíblica en las escuelas una política pública y por decreto legislativo, convertirla en ley?

En El Salvador, la depravación moral, es tal, que los actos cotidianos de asesinato, extorsión, secuestro, robo, narcotráfico, violaciones sexuales y accidentes mortales de transito vehicular por el abuso de drogas y alcohol, no son suficientes para saciar la maldad. Ahora, es necesario para algunos, inmolar a gente viva dentro de un microbús del servicio público de transporte, cuando estas se dirigían a sus casas al regreso de una larga y ardua jornada de trabajo.

La mayoría de crímenes son realizados por jóvenes, muchos de ellos menores de edad, quienes no tienen acceso a la palabra de Dios en sus casas y tampoco visitan una iglesia.

Es impostergable e imperativo que el estado actué, por lo que apoyo el decreto legislativo que faculta y obliga al Ministerio de Educación a implementar la lectura bíblica en el programa educativo de las escuelas del país, sobretodo, en las escuelas públicas, en las cuales, según informes policiales, el abuso sexual, el uso de drogas, alcohol y la planificación de delitos son actos cotidianos de parte de estudiantes con un presente y futuro de muerte y cárcel.

Aun cuando esta disposición legislativa, no vaya a solucionar el problema, pero es un paso positivo hacia mejorar la deplorable condición moral de la juventud salvadoreña. Creo que si se enseña la palabra de Dios, ella hará milagros en los corazones de quienes no la han oído.

Me sorprende y considero la oposición al decreto legislativo y solicitud del veto presidencial, hecho por Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, un acto incoherente con la Fe, que demuestra un vicio clásico de la iglesia católica, por ejercer el dominio y control absoluto de la Fe en Cristo.

Sin duda, que la Biblia ha sido y es, un instrumento de manipulación de lideres religiosos sin escrúpulos, pero lideres espirituales como Monseñor Alas, deben comprender que debido a su catastrófico fallo a la sociedad salvadoreña y también a Dios, es necesario que el estado actúe. Es su deber dar un ejemplo de unidad y asumir con responsabilidad el momento histórico que el estado provee para que se alimente espiritualmente a quienes de otra manera no tienen acceso a la palabra de Dios.

El rechazo de parte de todos los diputados del FMLN hacia este decreto, y su acción de votar en contra del mismo, y sobretodo, la del Ministro de Educación, a obedecer la ley, no es ninguna sorpresa. Las convicciones ideológicas y políticas, de cada uno de ellos, sin excepción, les ha hecho vivir una vida depravada, inmoral, anti ética, sin Dios. El ateismo de estos comunistas salvadoreños ha sido el origen del actual estado de violencia que la sociedad salvadoreña vive.

Ellos han promovido la practica del irrespeto a la vida, los derechos humanos y civiles de la sociedad. Sus practicas de destrucción de la propiedad privada, secuestro, robo, extorsión, trafico de drogas, armas y asesinato, realizadas durante y después de la guerra para financiar sus fines políticos, son la herencia para sus militantes, a quienes durante la guerra se les llamaba comandos urbanos y al perder la identidad militar, se les llamo maras y son parte fundamental de su voto duro y financiamiento político.

La inmolación de llantas y de autobuses ha sido el ejemplo de anarquía, que los lideres del FMLN han utilizado siempre para demostrar su inconformidad con la sociedad y reclamar sus derechos atropellando los de otros. Ese infame ejemplo, produjo la inmolación en Mejicanos de una veintena de personas honestas, de las cuales 17 han fallecido.

Las escuelas públicas son controladas por las maras militantes e inmoladoras del FMLN. El estado salvadoreño ha dado un paso importante para rescatar a la sociedad del azote que estos militantes inmoladores y destructores de la propiedad privada y la sociedad mantienen.

La obligación de las victimas de la violencia es apoyar este decreto y exigir que el estado junto a las iglesias, fortalezcan los valores morales y éticos perdidos en la sociedad. Además, razonar que el país no puede, ni debe seguir controlado por ateos. En 2012, se debe debilitar a esa fuente perversa y precursora de mal y odio que es el partido FMLN.