A nivel mundial han surgido inmediatas manifestaciones de rechazo al ataque de Israel contra la “flotilla de la libertad”, y se intensifica el reclamo urgente para que cese el bloqueo ilegal e inhumano contra el pueblo palestino en Gaza. El ataque de Israel contra Gaza ha provocado una reacción más negativa de lo habitual en EU, los medios de comunicación siguen describiendo el sufrimiento de los palestinos el cual habría sido impensable hace unos años.
La respuesta por parte de Israel y sus defensores en EU (que son únicamente judíos, ya que el grupo de presión de Israel en sentido amplio abarca a fundamentalistas protestantes y a los que defienden la unilateralidad en política exterior) ya está clara: hacer hincapié en la amenaza de Irán, trasluciendo así lo imprescindible de la alianza con Israel.
La impunidad de Israel es incuestionable, pues los poderosos lobbies judíos actúan, chantajeados y extorsionados, conducidos por la fanática extrema derecha que gobierna Israel; todo el que critica la política, los negocios o la obra de cualquier judío, es condenado como antisemita.
Más allá de sus diferencias políticas, todos estos sectores coinciden en defender la índole estrictamente judía del Estado y en considerar a los palestinos como su más peligroso enemigo interno. Se multiplican las presiones y las expresiones claramente racistas en boca de altos dirigentes nacionalistas, ya sean del Likud (literalmente “La consolidación”), que es un partido de derechas) y de Israel Beiteinu (literalmente Israel es Nuestra Casa), que es un partido de extrema derecha formado en gran parte por inmigrantes rusos.
Un gobierno de extrema derecha presagia el renacimiento del viejo sueño de construir un “Gran Israel”. Para ello debe mantenerse firme en relación a todos los asentamientos, de no acordar con los palestinos, no hacer concesiones sobre tierra ocupada, semejante gobierno será el más extremista de la historia de Israel.
Desde la creación del Estado de Israel propuesta por las Naciones Unidas, en el siglo pasado (hace más de sesenta años) materializado el 14 de mayo de 1948, cuando el último de los soldados británicos abandonó Palestina y los judíos, liderados por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, de acuerdo al plan previsto por las Naciones Unidas; el gobierno israelí ha sido prisionero de una minoría de extrema derecha fundamentalista. En efecto, casi todos los gobiernos formados a partir de entonces, han tenido una representación minoritaria, pero influyente de los partidos religiosos israelitas, caracterizados por su ortodoxia e intransigencia. El actual Primer Ministro de Israel desde marzo del 2009, Benjamín Netanyahu, dijo: “Será el suicidio si se retira de la tierra ocupada”. Al decir esto, perfila claramente su posición respecto a todo el proceso de paz.
La crisis que se desarrolla actualmente entre palestinos e israelíes, tiene profundas raíces históricas. Los palestinos no están dispuestos a renunciar, en beneficio de Israel, a sus tierras que habitaron durante más de dos mil años; y los judíos extremistas de la Haganá, Irgun y el grupo Stern, que han practicado la limpieza étnica, desde los tiempos del mandato británico y que todavía gobiernan Israel, están dispuestos a llegar hasta la solución final, que consiste en la utilización de su arsenal nuclear en contra de los árabes.
Es cierto que ha habido atentados terroristas, pero, ¿acaso los israelitas no utilizaron el terrorismo contra los ingleses, la resistencia francesa contra el ocupante nazi, los españoles contra la ocupación francesa, los argelinos contra los franceses? ¿Cuándo el terrorismo es bueno y cuándo es malo?
La mayoría de los gobernantes de Israel han sido ex-terroristas, pero ahora son considerados patriotas que combaten el terrorismo islámico; por eso no es de extrañar que el Aman (Literalmente inteligencia militar), el Mossad y el Shabak, expertos en terrorismos y asesinatos masivos de personas indefensas apliquen sus refinados conocimientos en la materia.
La sección de servicios especiales, también conocida como Metsada, dirige los asesinatos, actos de sabotaje, los proyectos de guerra paramilitares, y psicológicos. En Gaza se está perpetrando un crimen ante los ojos del mundo, ejecutado por los nuevos nazis del Gobierno de Benjamín Netanyahu, quien dirige un Estado que encarna un delirante sionismo y que dicen ser un “pueblo elegido”.
Con la aplicación sistemática por parte de Israel del “terrorismo de Estado” en contra de los palestinos, su posición a nivel internacional se está deteriorando rápidamente. Un país que comenzó siendo símbolo de la recuperación de un pueblo perseguido y casi exterminado por los nazis, ahora se ha trocado en un país que está persiguiendo y exterminando palestinos. ¡Qué ironía! Que los perseguidos de ayer sean los perseguidores de hoy; que los descendientes de la victimas de ayer, sean los victimarios de hoy.
A lo largo de los últimos años se ha gestado en Israel un movimiento de objetores de conciencia, llamados refuseniks, que están a favor de la coexistencia y de la cooperación entre los dos pueblos. Debido a nuestra interdependencia, cualquier régimen en el mundo que eleve a una nación o grupo humano por encima de otro inevitablemente fracasará.